sábado, 7 de junio de 2008

Si pero no

Según cuenta la historia (que prefiero creer sin salir a confirmar), cuando uno le pone a un burro delante de sí una zanahoria, él comienza a caminar hacia ella sin darse cuenta que está unida al carro del que tira.

El burro, atraído por la zanahoria, en realidad se mueve porque tiene la expectativa de alcanzarla. Supongo que él no se da cuenta del esfuerzo que está haciendo al tirar del carro (que inclusive imagino muy cargado y en una cuesta) porque está concentrado en la expectativa de alcanzar lo que tanto desea.

Este ejemplo se utiliza para muchos casos y yo haré lo mismo. Pienso que es un ser humano el que hace un gran esfuerzo sin darse cuenta porque está atraído por algo que lo mueve, por ejemplo, cobrar el sueldo a fin de mes, recibir el pago por el mueble que le encargaron, besar a la mujer de sus sueños, enamorar al hombre más hermoso y buen compañero de la tierra con quien tener hijos sanos, lindos y fuertes, y así hasta el infinito.

La zanahoria entonces representa a todos aquellos anhelos tan intensos como para ponernos en marcha. Y además, cosa bien interesante, el burro no es neurótico, porque quiere la zanahoria, se pone en marcha por ella y no piensa en otra cosa que en la zanahoria. Es más, si será sano el burro que si le sustituyéramos esa zanahoria por un jugoso bistec o un delicioso pescado hecho al horno con todo tipo de sabores, el burro, ya que no está interesado en esas carnes, seguramente no dará un paso.

Ahora volvamos a nuestro amigo el ser humano y pensemos, cuando este bípedo genial tiene adelante un interesante montón de billetes, dice que anhela tenerlos pero no da un sólo paso para conseguirlos, entonces tenemos ante nosotros a un entrañable neurótico: Lo que dice que quiere no es en realidad lo que quiere. ¿Qué quiere entonces? Sólo el psicoanálisis puede responder esta pregunta.

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Paren las rotativas! "El burro alcanzó a la zanahora" ¿Y qué pasó? ¡Ahora dice que prefiere a las hamburguesas de MacDonald's!

Anónimo dijo...

Debo ser medio burra porque a mí también me gustan, y también medio neurótica porque cuanta más publicidad recibo en contra de la comida chatarra, más fiel le soy a la referida cadena.

Anónimo dijo...

Llevo ya varios años sin una zanahora adelante que me atraiga. Estoy frígido de entusiasmo. Sé bien que cuando opino que la vida es una mierda lo hago desde mi posición depresiva, pero no puedo salir y vengo leyendo estos blogs hace mucho porque espero que un día lea las palabras mágicas que me hagan girar hacia el optimismo.

Anónimo dijo...

Me extraña que el burro no esté interesado en carnes.

Anónimo dijo...

Mi abuela decía que la vida no era más que acostarse para volverse a levantar. Yo me resisto a creer eso, pero a veces pienso que si tuviera el convencimiento de mi abuela me conformaría con menos.

Anónimo dijo...

Licenciado, necesito que me psicoanalice porque no doy ningún paso hacia la zanahoria; peor aún, no tengo zanahoria

Anónimo dijo...

Soy una entrañable neurótica pero los que dicen que me quieren no dan un paso por tenerme. Se ve que de burros no tienen nada.

Anónimo dijo...

Me gusta hacer esfuerzos sin darme cuenta, son esfuerzos placenteros y encima por lo general me los reconocen, la gente está satisfecha. Cuando hago esfuerzos con esfuerzo, duran poco, no me los reconocen lo suficiente y me quedo con mucha bronca.