Las personas nacemos con ciertos talentos que quizá puedan ser utilizados para conseguir lo que necesitemos y deseemos.
Por ejemplo: La península arábiga cuenta con yacimientos petrolíferos pero carece de tierra fértil. Si fuera una persona, su «talento» sería la extracción y venta de hidrocarburos y debería comprar productos agrícolas.
Además del talento, las personas recibimos la influencia de nuestro grupo de pertenencia (formación en valores, creencias, mitos, supersticiones).
El éxito personal es lo que sucede cuando podemos disfrutar desempeñando una actividad. Cuando hacemos algo sin darnos cuenta de cómo pasa el tiempo, esa actividad seguramente nos complace.
El éxito social es lo que sucede cuando ocupamos un lugar que una mayoría desearía ocupar. En este caso el deseo que se satisface no es necesariamente el propio.
El éxito personal puede o no coincidir con el éxito social. Si coincide, todo está en orden. Si priorizamos el éxito social, entonces estaremos sacrificando nuestro deseo con tal de satisfacer deseos ajenos. Es una opción de vida como cualquier otra.
¿Para qué sirve haber leído esto? Para precisar con mayor claridad si usted es amo o esclavo.
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15 comentarios:
Me declaro esclava rica, ¿por qué se preguntarán uds? ¡Porque tengo muchiiiiiiisimos amos! ¿No es maravilloso?
lpqlp´!
Mi vida es la música, los teclados, pero somos miles haciendo lo mismo y ya veo que no hay lugar para todos.
Hay que juntar coraje para leer sus artículos querido licenciado. ¿Por qué no creas otro blog para los que preferimos las ideas lights? No sería mala idea. Algo más descafeinado sería x caso.
Gracias e igual te quiero.
Sigo sus escritos cada vez que tengo tiempo y con esa pequeña experiencia puedo opinar que el éxito social, si está a contrapelo del éxito personal, puede estar motivado por nuestra necesidad -que usted acepta- de ser amados insaciablemente.
Mis competidores no me dejan crecer porque ellos son liebres y yo soy una tortuga. Debería decirlo al revés: Fui educado para ser pobre y ellos quizá no fueron educados. No estoy desconforme con mi historia pero que estoy en desventaja, nadie puede negarlo.
"Sindudamente" nada mejor que tener éxito social junto con el éxito personal. Me pregunto si existe una persona que tenga esa suerte o ya se habrá muerto por falta de estímulo para seguir luchando.
Pues sí, les cuento mi diagnóstico a esta especie de test:
Soy esclava del amor. Bien fácil. No soy feliz pero sería peor si fuera ama en la indiferencia.
Con éxito existo porque si no tengo éxito los demás no me tienen en cuenta. Debo llamar la atención, debo ser deseada. Los hombres tienen que pelearse por conseguir mi preferencia. Ellos son mi vida. Sin un hombre me parece que desaparezco. Es la figura que me vuelve visible.
Cuando no estoy compitiendo, me estoy aburriendo y cuando me estoy aburr. me estoy muriendo. Soy un Rambo de bolsillo, pero igual, necesito acción.
Pensando en lo que el licenciado dice, el éxito siempre es a favor porque si es porque uno disfruta de lo que hace, gana, si uno disfruta con la aprobación de la gente, también gana. Son dos formas de ganar con el éxito, no es que uno sea bueno y el otro malo.
No habría que avergonzarse de ser esclavo. Hay gente que se vanagloria de ser servicial, colaboradora, generosa... y tiene razón, es gente muy valiosa. Sin ellos no sé dónde estaríamos. Pongo un ejemplo: La Madre Teresa de Calcuta.
El éxito para mí llegará cuando ya no necesite estar tan tensionado como ahora, sin tener que tomar psicofármacos para dormir, sin que suene la despertadora del reloj.
Se bien que esta mal, pero lo único que me interesa en la vida es complacer a mi mamita. Ahora que me casé tengo que darle dos nietos y quiera Dios que uno por lo menos sera varón.
Tengo una primer etapa que es la de graduarme como abogado. Una vez que pueda tener tarjetas personales donde pueda anteponer la palabra DOCTOR, mi vida cambiará para siempre. Seré quien quiero ser. Luego trataré de ser exitoso desde esa posición.
Es difícil aprender a ser feliz independizándose del éxito social. Siempre buscamos algo de aprobación externa, aunque mas no sea en un pequeño círulo.
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