domingo, 8 de mayo de 2011

El cine nos educa para ser pobres y valientes

Los ricos nos educan para que seamos desaprensivos con el dinero y así facilitarse la tarea de obtenerlo en cantidades … que no necesitan.

Es popular la frase que dice «el capital es cobarde», queriendo significar que los ricos son temerosos, asustadizos, miedosos.

Esto puede ser un pensamiento correcto pero como todo lo humano, es imposible que sea perfecto.

Por algún motivo que desconozco, es digno de elogio ser valiente, audaz, temerario.

Esta idea se vincula a otra según la cual «querer es poder».

Nos enorgullecemos de hacer locuras, aventurarnos, descuidarnos.

El cine —que no solamente para mí fue más educativo que la escuela y demás centros de estudio—, se encarga de endulzarnos con esta subversión de la escala de valores.

Nos parece elegante, divertido y admirable que alguien logre vencer las imposiciones de nuestro instinto de conservación.

Para disfrutar de esta tontería, la ficción echa leña al fuego construyendo algún personaje que en casi todo se nos parece pero que hace proezas:

— en medio de una balacera es el único que no sale herido,
— cuando se enfrenta a la autoridad, termina imponiéndose,
— uno solo domina a cientos de oponentes,
— camina al borde de precipicios, no tiene vértigo, ni miedo.

La conclusión, lo que tomamos como enseñanza, es que el instinto de conservación nos vuelve cobardes.

Por contraposición, «el capital es cobarde» según la visión de esta «pobreza estúpida».

Quizá lo que sí podría decirse es que «el capital es despiadado», impiadoso, desconsiderado.

No sería extraño que esas películas educativas, financiadas por personas con grandes capitales, tengan el propósito de estimularnos para que perdamos el dinero que ellos procuran acumular.

Si vamos al caso, tampoco los ricos parecen muy inteligentes porque gastan tantas energías como los pobres pero para tener algo que no necesitan (exceso de dinero).

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12 comentarios:

Alicia dijo...

Creo que las películas que usted menciona, se hacen con el fin de vender. Es lo que llamamos el cine comercial, el cine que deja de ser el séptimo arte y pasa a ser industria. No me parece que pueda existir una intención de volvernos desaprensivos, descuidados, con nuestra vida y/o nuestro dinero. Simplemente nos muestran lo que nos gusta ver. Estimulan lo que nos queda de aquellas ilusiones infantiles de poder.

Ernesto dijo...

El capital es despiadado. Y el capitalismo también.

Chapita dijo...

Cuando me enfrento a la autoridad, les hago imposición de manos y les curo todas las dolencias. Por eso siempre los tengo de mi lado.

Filisbino dijo...

El miedo nos protege. La cuestión es poder darse cuenta cuando empieza a inmovilizarte.

Lola dijo...

A veces la ficción echa leña al fuego, con el único fin de calentarte.

Florencia dijo...

Cuando en la escuela nos pasaban cine, aprendíamos un montón.

Rulo dijo...

Me acuerdo que cuando nos dieron clases de educación sexual, nos habíamos hecho una espectativa bárbara porque nos iban a pasar una película. Al final fue una gran decepción; la tan mentada película mostraba espermatozoides con caras de macacos que participaban en una competencia de natación y cosas por el estilo. Para eso nos hubieran mostrado un documental sobre la anidación de la cigüeña.

Marta dijo...

Puede que el capital sea cobarde... pero antes es razonable y sumamente sensible (una buena combinación).

Rosana dijo...

Si no sobrevaloráramos tanto al dinero, se nos haría bastante fácil calcular la cantidad de dinero que precisa cada persona.

Jhoan dijo...

En medio de una balacera el único que no sale herido es el que tenga una perfecta suerte.

Guille dijo...

No sé xq sueño y sueño con ser rico y poderoso.

.- dijo...

QUERÈS SER SABIO GRACIAS A LOS OTROS...responde vos, Fernando, QUE PICARO...