Nuestra sociedad sabe lo que hace pero por algún motivo necesita ocultar ciertos objetivos.
No es que haya muchos delincuentes sueltos sino que el objetivo implícito es mantener una cierta tensión concentrada lejos de algunos temas que no necesitan alarma pública. Es como las palmadas que el vacunador da en el brazo para apartar la atención del pinchazo.
Los fondos públicos aplicados a la higiene ambiental están bien utilizados a pesar de que las calles y veredas rebocen de papeles, bolsas de plástico, botellas vacías, hojas de los árboles, zapatos, televisores, metralletas, dólares.
Aunque se alcen voces que acusen de malversación de fondos, de inoperancia, de indolencia, por algún beneficio no explicitado esa ciudad está así.
Por ejemplo, si los líderes sindicales de los trabajadores de la limpieza son a su vez operadores políticos opositores al gobierno de turno, podemos decir que se trata de una «suciedad con fines proselitistas».
Dos por tres alguien pone el grito en el cielo porque el sistema educativo de su país adolece de una pésima productividad, los jóvenes que egresan no saben casi nada pero lo peor es que una mayoría abandona los estudios prematuramente.
Insisto: eso es lo mejor que puede ocurrir pero no disponemos de las causas que explican y justifican estos hechos.
Por ejemplo, los adultos amamos a nuestros jóvenes y deseamos lo mejor para ellos. Los queremos de la mejor manera, es decir, tal cual son.
Todo intento de educar a un niño implica suponer que tenemos que modificarlo, es decir, que en realidad no lo queremos tal cual es.
Un sistema educativo es exitoso si fracasa dejando a los jóvenes tal cual son.
En suma: la sensación de que tantas cosas están mal en nuestro país, surge de que —por causa justificada—, no sabemos por qué están bien.
●●●
10 comentarios:
Todo se convierte en un gran caos a causa del engaño, los fines no explicitados, las maniobras (del tipo que ud describe con humor cuando habla de suciedad proselitista). Tomando el ejemplo de la limpieza de la ciudad, a los ciudadanos que deseamos vivir en una ciudad limpia, nos molesta que se gaste dinero y no se obtengan resultados, SEA POR EL MOTIVO QUE SEA.
Todo intento de educar a un niño implica suponer que en realidad no lo queremos tal cual es. Claro que no!!! Queremos que de a poco vaya saliendo de su natural egocentrismo, que se convierta en persona (recuerda la diferencia que ud establecía entre individuo y persona) capaz de vivir en sociedad, que tenga límites, que aprenda valores, respete, tenga capacidad crítica, etc.
Si algo está mal por una causa justificada, nuestro derecho es conocer esa causa. No somos borregos.
Los beneficios no explicitados muchas veces son eso que llamamos corrupción.
Me imagino las calles rebozantes de metralletas y de dólares. Ud es muy gracioso, Doc.
Para mí que el Licenciado anda contento y escribe cualquier cosa. Tiene la atención puesta en otro lado.
Perdón por interpretar a pura imaginación; soy estudiante de psicología.
Si los líderes sindicales de los trabajadores de la construcción son terroristas, construirán torres que se caigan apenas se habiten.
No creo en eso de que "no hay mal que por bien no venga".
Sé que quienes gobiernan tienen poder para esconder sus verdaderos objetivos, pero esos no son los gobernantes que yo quiero.
Capaz que el gobierno y los medios de comunicación se confabulan para crear la sensación de inseguridad en las calles, porque tienen gente que está invirtiendo en la industria armamentista.
Publicar un comentario