domingo, 18 de septiembre de 2011

El niño juega «como si» trabajara

La vida estudiantil es un simulador de lo que será la vida laboral adulta.

Los niños juegan. Los adultos también, pero no tanto.

Según creo el juego es un desempeño neurótico aunque saludable.

Me explico: los neuróticos andamos por la vida disimulando nuestra incapacidad para conciliar los instintos con la educación.

Vivimos «como si» fuera normal para nosotros utilizar cubiertos en vez de comer con la mano, o «como si» fuera normal abstenernos de besar en la boca a una persona desconocida y muy atractiva, «como si» todos los días tuviéramos ganas de trabajar, estudiar, saludar.

El juego consiste en actuar «como si» fuéramos ingenieros, madres, jugadores de fútbol, acróbatas, cocineros, combatientes, ...

Los juegos no son neuróticos porque esa actividad «como si» es consciente. Los neuróticos actuamos «como si» pero creyendo que todo es verdad. Lo hacemos inconscientemente. El juego implica no perder totalmente la conciencia.

El juego nos divierte porque no perdemos la total conciencia de la simulación, con la neurosis logramos disminuir la angustia que nos provocaría no poder usar cubiertos, besar a otro pasajero del bus, faltar a nuestros compromisos.

La vida estudiantil es un juego en el que adquirimos ciertas aptitudes para poder convivir en la sociedad que integramos.

En ese juego tenemos que memorizar ideas, conceptos, reglas, o tenemos que incorporar destrezas para hablar por teléfono, para entender un noticiero, para comprender la ecología.

Vamos a los centros educativos «como si» fuéramos a trabajar: nos piden algo y tenemos que hacerlo; cuando llega la hora de la evaluación, los docentes nos «remuneran» (pagan) con la calificación que merecemos.

Por ejemplo, si durante esa etapa estudiantil no nos interesa (o no sabemos cómo) tener buenas calificaciones, es probable que en la vida laboral no nos interese (o no sepamos cómo) tener buenos salarios.

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11 comentarios:

Mariela dijo...

En la escuela aprendí como tener la mejor nota, pero en el trabajo... me resisto a usar los mismos mecanismos lamentables que usaba de niña.

Estela dijo...

la rebeldía te llegó tarde, pero te llegó, Mariela!

Laura dijo...

La belleza abre puertas. Una mujer extremadamente bella podría besar a un extraño en el bus y la gente quedaría embelesada.

Hugo dijo...

No veo lo que el malo tiene bajo el ojo, en la mejilla derecha, y eso me molesta.
Será un murguista que no se terminó de sacar el maquillaje?

Adela dijo...

No me extrañaría que fuera un murguista, Hugo. Esa gente, en la vida real, se dedica a cualquier cosa.

Anónimo dijo...

En el trabajo ya me conocen. Hay días que no tengo ganas de saludar y nadie me molesta.

Mariana dijo...

La vida es una lucha... por eso tanta gente se cuelga jugando a ser combatiente.

Lola dijo...

Lo nuestro no es un juego.
Ya perdí totalmente la conciencia.

Norton dijo...

Lo más importante de la vida estudiantil es hacer amigos que te duren toda la vida.

Chapita dijo...

Desde que entendí la ecología, ya no dejo tiradas las bolsas de nylon en el cuarto.

Lucas dijo...

La regla que aprendí durante mi vida estudiantil fue: el más fuerte tiene la razón.