miércoles, 19 de diciembre de 2012

El imaginario amor de un padre rico



 
 
Las empresas emisoras de tarjetas de crédito «aman» a quienes corresponden su «amor» pagándoles puntualmente.

Con mi papá tenemos un trato: cuando estamos en lugares públicos, donde otras personas pueden vernos, él paga todos mis gastos.

A mí me gusta este juego porque siento que los demás admiran el «amor» que he sido capaz de generar en alguien tan importante como él.

Lo que nadie sabe, (aunque muchos lo imaginan), es que cuando estamos a solas le devuelvo el dinero que gastó pagando mis compras.

Más allá de hacerle creer a los demás que él me ama tanto como para hacerse cargo de lo que consumo, también me gusta no estar manipulando esos billetes que otros han tocado, ¡vaya uno a saber con cuánta suciedad en sus manos!

La psicóloga me dice que soy tan maniática con la suciedad porque en mi inconsciente creo que soy puro espíritu, que no tengo un cuerpo enfermable y, peor aún, capaz de morir.

El «amor» de mi padre se manifiesta por su poder y nunca miro cuando cancela mis cuentas pagándole a los cajeros que cobran.

La psicóloga dice que los humanos nos escondemos para defecar y para fornicar y que, los escrupulosos como yo, tampoco queremos mirar cómo otros satisfacen sus necesidad evacuativas y sexuales.

Hasta aquí el imaginario pensamiento de una persona imaginaria. Ahora mi comentario sobre qué está queriendo decir y por qué.

Esta persona se expresa así porque utiliza una tarjeta de crédito. Supone que cuando paga con ese dinero plástico es su papá quién lo hace porque la «ama».

La palabra «crédito» deriva de «creer» y es lógico que las personas que nos aman crean en nuestra honestidad.

Las empresas emisoras de tarjetas de crédito, (Visa, American Express, MasterCard, Cabal), «aman» a quienes demuestran su «amor» pagándoles puntualmente.

(Este es el Artículo Nº 1.764)

10 comentarios:

Mariana dijo...

Me resulta muy valioso que usted aclare que el psicoanálisis es su creencia y que sus proposiciones son ideas de las que no está seguro. Conozco pocas personas que lo hagan.

Alba dijo...

Recuerdo que antes usted decía que los regalos eran una forma de chantaje. Ahora aparece un matiz: también pueden ser una muestra de amor. Coincido más con esta última idea.

Ernesto dijo...

Cuando Mieres habla de amor, se está refiriendo al dinero y las tarjetas de crédito. Una forma de ¨amor¨ capitalista propia de la sociedad de consumo. No sé si es el mismo amor del que habla Alba.

Martín dijo...

Con mi padre el trato es al revés. En los lugares públicos pago yo, para que los demás crean que soy adulto e independiente. Luego papá me devuelve la plata. En el fondo sé que eso es bastante vergonzoso.

Marta dijo...

De todos modos, Martín, podés sentirte amado por tu padre, dado que desea que te sientas bien. Pero no me parece muy pedagógica su práctica.

Anónimo dijo...

Mi psicóloga dice que soy maniática con la suciedad porque me siento sucia y trato de ocultarlo teniendo limpio toda lo que está a la vista.

Sandra39 dijo...

Cobran y roban son palabras que casi tienen las mismas letras. Sólo sobra la c. Es una observación nomás.

Evangelina dijo...

Creo que soy pura de espíritu y enfermable. Lo que no creo es que sea capaz de morir de forma definitiva.

Lautaro dijo...

Efectivamente, las personas que nos aman creen en nuestra honestidad. De todos modos no creo que sea el caso de las empresas emisoras de tarjetas de crédito.

Estela dijo...

Pagar puntualmente puede ser una forma de demostrar amor cuando se trata de pagarle a un amigo o familiar que nos ha prestado dinero.