miércoles, 22 de enero de 2014

El individualismo cristiano


El cristianismo propone rechazar la riqueza. Además, muchos pobres lo son por puro egoísmo cristiano, aunque hipócritamente se muestren generosos.

La mayoría de la población occidental profesa alguna religión cristiana, cree que Cristo es el salvador y otras cuestiones netamente irracionales, pero no por eso inofensivas para los creyentes más racionales.

Efectivamente, entre los creyentes en esas religiones cristianas encontramos personas amantes de la matemática, de la física, de la lógica, de la informática. Encontramos personas que profesan, además del cristianismo, severas precauciones para seguir siendo coherentes.

Por lo tanto, aunque algunos dicen que la actitud religiosa no es un asunto de inteligencia y razonamiento, sino que es un fenómeno de fe, vemos que en la práctica,  la conducta, las acciones y las decisiones están guiadas por la prédica de Jesús y sus intérpretes.

Esas actitudes, según creo, favorecen en gran medida la pobreza de millones de personas. No solo porque el cristianismo profesa la humildad, la misericordia, la solidaridad, el desinterés hacia la riqueza material, la austeridad, la frugalidad, la condena al derroche, a la malversación, al despilfarro, sino porque, increíblemente, propone una solución individualista para lograr el objetivo más trascendente: la vida eterna después de la muerte.

Según cree esa mayoría de cristianos, cuando llegue la hora del juicio final, los actos de la vida terrenal serán juzgados individualmente. Cada uno deberá defenderse como pueda.

Por lo tanto, aunque esas buenas acciones que acumularán puntaje beneficioso en el supuesto juicio final, incluyen «amar al otro como a sí mismo», no podemos perder de vista que la mencionada política benefactora tiene como único objetivo salvarse, capitalizar créditos, enriquecerse con buenas acciones.

En suma: aunque la prédica es colectivista la actitud propuesta es individualista: salvarse uno mismo. Muchos pobres lo son por puro egoísmo cristiano, aunque hipócritamente se muestren generosos.

(Este es el Artículo Nº 2.101)


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