martes, 21 de enero de 2014

No somos hijos del empleador

  
Conseguir y conservar un empleo se vuelve imposible mientras no logremos entender por qué nos pagan el salario.

Los trabajadores no cobran el salario por lo que son sino por lo que tienen.

El salario es el pago que hace el empleador por lo que recibe del trabajador. El patrón paga por lo que compra: la producción realizada por el empleado.

La situación es idéntica a cualquier otra compra: queremos un par de zapatos y entregamos el dinero equivalente. Damos dinero y recibimos zapatos. Se trata de un trueque común y corriente: canjeamos objetos valiosos como son la mercadería y el dinero.

Repito la primera oración: «Los trabajadores no cobran el salario por lo que son sino por lo que tienen». En otras palabras: no cobran porque SON empleados sino que cobran porque TIENEN la capacidad de producir algo que el empleador desea comprar.

Esta idea parece obvia pero nuestro cerebro no la entiende tan fácilmente porque existen algunos antecedentes que lo confunden.

El antecedente principal refiere a que los niños son criados por sus padres por el simple hecho de que estos niños SON sus hijos. En la relación con los padres estos gastan dinero para que a sus hijos no les falte nada. Lo hacen simplemente porque esos niños SON sus hijos.

Después que los niños viven en esta situación durante muchos años y comienzan a trabajar están fuertemente condicionado para pensar que SON los hijos del empleador y que este debe pagarles el sueldo por lo que SON y no porque TIENEN, es decir: la capacidad de trabajar, producir, entregar lo que TIENEN, repito, la capacidad de producir bienes o servicios que el empleador está dispuesto a comprar pagando un salario.

Conseguir y conservar un empleo se vuelve imposible sin entender por qué nos pagan.

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(Este es el Artículo Nº 2.100)


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