Creo no exagerar si digo que los cristianos, que
constituyen la mayoría absoluta de integrantes de la cultura occidental,
funcionan como esclavos.
Más de la mitad de la
población mundial profesa ideas cristianas. A su vez, dentro de los cristianos,
la católica es la iglesia más poderosa.
Lo que crean, piensen y hagan
tantas personas, nos afecta a todos: nos guste o no nos guste.
Sus criterios, sentimientos y
actitudes tienen un gran peso en el diseño de la cultura, especialmente la
occidental, porque es la que contiene mayor cantidad de fieles
cristianos-católicos.
Para tratar de entendernos a
nosotros mismos observemos algo de lo que les ocurre a esta mayoría de personas
religiosas. Me refiero concretamente a los diez mandamientos, los que, si me
permiten la comparación, constituyen algo parecido al Sistema Operativo de esas
personas. Son las instrucciones básicas, que cumplen, obedecen y que, sin darse
cuenta, pretenden imponer a toda la humanidad.
Obsérvese que los tres
primeros mandamientos dicen:
1 – Amarás a Dios sobre todas
las cosas;
2 – No tomarás el nombre de
Dios en vano;
3 – Santificarás el día del
Señor.
Si los mandamientos son 10 y
tres están dedicados a la obediencia de Dios, podemos decir que los principales
mandatos están dedicados a imponer sumisión, sometimiento, respeto y
probablemente algo de miedo.
Además, como son los 3
primeros mandamientos, esta ubicación jerárquica aumenta aun más su
importancia. Me animaría a decir que, si tomamos en cuenta la ubicación en los tres
primeros lugares, todo cristiano debe dedicar la mayor parte de su interés,
preocupación, atención, trabajo, dedicación, esmero, a cumplir, obedecer,
venerar, adorar.
Creo no exagerar si digo que
los cristianos, que constituyen la mayoría absoluta de integrantes de la
cultura occidental, funcionan como esclavos.
(Este es el Artículo Nº 2.103)
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