jueves, 23 de enero de 2014

No codiciarás los bienes ajenos


Si alguien tiene moralmente prohibido envidiar, («codiciar los bienes ajenos»), también está imposibilitado de constatar las desigualdades distributivas entre semejantes.

En el artículo de Dineropsi titulado Las desigualdades económicas (1), digo:

«Si la mayoría de los humanos profesa ideas cristianas y organiza su vida para lograr la vida eterna en el Juicio final, entonces podemos suponer que esa mayoría trata de mejorar su vida terrenal individualmente, es decir, quiere conseguir, (para sí mismo y para su familia), lo que le permita una existencia digna, importándole bastante poco las desigualdades.»

Los cristianos que dedican todo su esfuerzo a encontrar soluciones individuales para acceder a lo que realmente les preocupa, esto es: «ganar la vida eterna en el Juicio Final», también están cumpliendo con el décimo Mandamiento, que dice:

«No codiciarás los bienes ajenos».

Este Mandamiento está directamente destinado a inhibir, bloquear o neutralizar la envidia.

Este sentimiento, que nos induce a ver con deseos de apoderamiento los bienes ajenos, está severamente criticado por la moral cristiana. Les parece tan repudiable que no atinan a reflexionar mucho tiempo sobre él.

La envidia, cuando es observada con serenidad, nos permite conocer qué podemos ambicionar razonablemente en tanto otros semejantes ya tienen lo que necesitaríamos.

No siempre los envidiosos se conforman con destruir la felicidad ajena para dejar de sufrir las molestias de la envidia. Algunos envidiosos se sienten saludablemente estimulados a trabajar para obtener esos que otros ya han conseguido.

Sin embargo, si leemos atentamente el primer párrafo, observaremos que el repudio de la envidia es lo que mantiene a los cristianos desinteresados en las desigualdades, porque para percibir la injusticia distributiva es preciso ver y sentir que otros están mejor. Si alguien tiene moralmente prohibido envidiar, («codiciar los bienes ajenos»), también está imposibilitado de constatar que algunos semejantes estar mejor que otros.

(Este es el Artículo Nº 2.102)


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