Las empresas periodísticas nos alarman y nos
tranquilizan para hacer su negocio y también para que nada cambie.
Cursa el mes de enero de 2014
y por enésima vez hay gente reunida (1) para resolver el problema de la pobreza.
Esta vez el dato que ha
concitado la mayor amplificación periodística dice que 85 personas poseen la
mitad de los bienes de toda la población mundial.
Los medios de comunicación
hacen su negocio y este depende del escándalo, de las noticias terribles, del
miedo, de las amenazas, de las preocupaciones.
Generalmente, estos
empresarios de la comunicación primero difunden noticias atemorizantes, luego
rumores calmantes, después pronósticos espeluznantes, seguidamente
declaraciones tranquilizadoras, y así hasta que aparezca algún otro tema que
permita generar otro subibaja de los
nervios de los consumidores de información.
El cuerpo y la mente tienen funcionamientos similares entre
sí. Tengamos en cuenta además que lo único importante que tenemos para hacer es
conservarnos como individuos y como especie (2).
En este último objetivo (conservar la especie), la
sexualidad es la función principal. Esta consiste en que el órgano masculino
entre y salga de la vagina hasta que la fricción provoque una eyaculación
fertilizante. Eso es todo.
El corazón trae y expulsa la sangre, los pulmones traen y
expulsan el aire, comemos y horas después evacuamos, nacemos y morimos para que
otros nazcan, quizá utilizando materiales abandonados por algún otro ser vivo.
Con este subibaja, con este entrar-y-salir, con este
vivir-morir-renacer, «todo cambia para que todo siga igual».
Ríos de tinta y de saliva son gastados en estas reuniones
para que los 85 más ricos sigan como estaban y la mitad de la población más
pobre no corra el riesgo de caer en la riqueza (dije bien).
(1) Ver artículo
periodístico sobre el Foro
Económico Mundial
(2) Ver blog con artículos referidos a La única misión.
(Este es el Artículo Nº 2.108)
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