Muchas cosas se descubren por casualidad. Uno estaba haciendo una cosa y de repente se encuentra con algo que no buscaba pero que es fabuloso. Anda por ahí una historia sobre lo que le pasó a Alexander Fleming cuando en 1928 estaba cultivando estafilococo dorado e inesperadamente se le murieron todos porque el viento trajo un hongo microscópico del género Penicillium y después vinieron las alegrías, los vítores a pesar de que no faltó quien denunciara que ya antes un médico de Costa Rica había hecho el mismo descubrimiento, pero aún peor, en Arabia curaban las infecciones con un moho que se formaba sobre el cuero húmedo.
Pero no es de estos chimentos científicos que deseaba hablarles. Ayer me pidieron un favor muy pequeño referido a mi profesión. Pero resulta que la persona que lo recibió no pensó lo mismo y supuso que le estaba haciendo un favor enorme y comenzó a describirme todo lo que imaginaba que yo había tenido que hacer para lograr algo tan maravilloso.
Intenté explicarle pero no hubo caso. Mi pequeño favor era para él enorme.
Esta mini anécdota sirve para explicarle por qué tanta gente hace mucho teatro cada vez que realiza alguna tarea para la que se acostumbra dejar una propina y también explica por qué algunos profesionales se toman dilatadísimos plazos para ejecutar nuestra solicitud, descargándose después con una factura absolutamente desproporcionada con el valor real del servicio entregado.
El arte de encarecer el propio trabajo, de inflamar el valor subjetivo de lo que estamos entregando, requiere tanto virtuosismo, estudio y ensayo como el arte teatral pero estoy en condiciones de asegurarles que el primero es muchísimo más productivo económicamente que el segundo.
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16 comentarios:
En Argentina, cuando alguien exagera las dificultades con miras a sobrevalorar su trabajo, decimos que está haciendo tongo, camelo, que se está mandando la parte, que está haciendo misterio, que te la complica a propósito (o adrede --> se escribe todo junto, recién me fijé, casi meto una falta - ja-ja)
Como se dice en este blog y también en muchos libros que he leído, el sentido común falla más veces de las que uno piensa. Es increíble que cuando nos tratan mal -como es el caso de que nos demoren innecesariamente la realización de un trabajo- mejor discupuestos estamos a pagar por el trabajo felizmente terminado. Llega un punto en que uno está tan harto de que le terminen y le entreguen el servicio terminado que se vuelve generoso a la hora de pagar y eso beneficia al proveedor, aunque NUNCA MÁS LO CONTRATEMOS. En una gran ciudad esto no les perjudica porque siempre tendrán a un cliente por única vez y podrán vivir hasta que se jubilen sin encontrarse nunca con alguna de sus víctimas.
Está dicho con mucha crudeza pero anónimamente puedo aceptar que yo también encarezco mi trabajo, pero lo hago por dos motivos. Uno es el que el licenciado enuncia: Gano más dinero, pero el otro es un beneficio para mi cliente porque, teniendo una 'actuación' creíble, un cliente se siente 'mejor' cuando tiene la sensación de que el problema que le fue solucionado fue importante, que no fue una cosa excesivamente sencilla, porque si él tiene esta percepción SE SENTIRÁ UN TONTO y eso será mucho más perjuidicial para nuestra relación que si le hago un poco de teatro para que él 'sepa' que nadie más que un excelente profesional como yo (que a su vez él tuvo la inteligencia y la suerte de encontrar) podía solucionárselo.
Toda carta tiene contra y toda contra se dá. Hay que oír las dos campanas siempre.
Cuando hacen eso me siento estafada y no doy propina. Ese tipo de falsedades no las tolero.
Los que agrandan y estiran el laburo en una plaza chica como la nuestra, lo único que logran es que no te le subas más a la hamaca.
Quiero encontrar lo que busco pero si por ahí encuentro algo mejor, buenísimo. El problema es que todavía no sé lo que busco, pero mejor, porque así si encuentro algo, siempre va a ser fabuloso!
¡Qué macana! el tipo estaba cultivando unos cocos dorados, re-glamorosos y llega un hongo que le estropea todo. Es lo que tiene la humedad. Un arma de doble filo. Por un lado te sirve para cultivar y por el otro te arruina los cultivos. Encima vienen los que quieren adueñarse de los beneficios y te niegan lo que vistes con tus propios ojos "los cocos del estafilo se llenaron de hongos del peni" Y empiezan con que a los del peni ellos los vieron primero, te pechan, se hacen los compadritos...es duro mantener los cocos sanos y que no te roben el mérito.
"inflamar el valor subjetivo de lo que estamos entregando" Qué forma más poética de decir que se la dio con viagra!
Ahora que Lauri habla de erecciones obelísticas, llegó el momento de mencionar a las verdaderas piezas teatrales que se mandan las minas para hacernos creer que acabaron y dejarnos contentos. Supongo que será para dejarnos contentos ¿no?
Soy tachero (forma en que se menciona cariñosamente a los taximetristas en Uruguay) y como últimamente las propinas ralean, me dio una buena idea con eso de una pequeña obra teatral antes de terminar el viaje. Ya estoy pensando en una peluca que tengo de cuando iba a los bailes de disfraces y con algún accesorio más y un pequeño parlamento, pienso que puede funcionar. Tiene que ser algo que le levante el humor al cliente y lo haga sentir valioso. Por ej. si es mina, puede terminar "y tan linda que estás" y si es hombre "su elegancia no tiene fin". ¿Qué tal? no me roben la idea, eh!
Cualquier pequeño favor tuyo es para todos enorme . DIOSO !!!
Hay gente que se toma dilatadísimos plazos para pagar y de tan dilatados al final terminan no pagándote y vos te hundís en ese dilatado agujero y vas cayendo cada vez más hondo y oscuro hasta que el pánico se apodera de ti.
¿Por qué dice que es peor el método que utilizaban los árabes? ¿Qué tiene contra los árabes? ¿Y contra los hongos cultivados en cuero húmedo? Fascineroso discriminador.
Por algo Costa Rica se llama Costa Rica, está claro, ahí todos reclaman la autoría de los descubrimientos, hacen teatro y tienen cocos de oro.
La intromisión de la informática ha dejado el campo sembrado de cadáveres de los avivados porque lo que antes era posible creer de que algo era muy difícil hoy, con la Internet una se entera de todo en los foros y está mucho mejor informada. Además, en los lugares donde hacen trámites, que era donde más nos abusaban, lo único que tienen para decir es "se cayó el sistema"
Soy partidaria de exigirles a los psicólogos una adaptación adecuada a los tiempos que corren. Como precisamente los tiempos corren, los diagnósticos se deben entregar al finalizar la primer entrevista (telefónica) y los resultados en la psicoterapia deben verse ya dos cuadras antes de llegar al consultorio. En cuanto a la psicoprofilaxis, se sueña y se actúa simultáneamente; por último, la rehabilitación está en la mente. Usted lo ve al paciente le dice "mentalicesé que está bien" y llama al que sigue.
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