Es un prejuicio suponer que las personas fuertes son más peligrosas que las débiles.
Las personas fuertes pueden lograr lo que necesitan en forma directa mientras que las personas débiles pueden verse obligadas a usar formas indirectas para conseguir lo que necesitan.
Una empresa fuerte pone los precios a la vista, tiene las balanzas que dan el peso exacto, pueden vender la mejor mercadería (aquella que es más económica porque es toda aprovechable), entrega factura, paga los impuestos, da garantía, tiene servicio postventa y un departamento de atención al cliente.
Una empresa débil puede verse obligada, para poder subsistir, a vender mercadería de segunda calidad pero haciendo creer que es de primera; quizá no tenga más remedio que vender kilos de novecientos gramos; es probable que se vea obligada a correr más riesgos en el terreno legal o tributario.
En general: no es cierto que una persona débil sea más confiable que una fuerte. Ambos lo pueden ser por igual pero el más débil suele tener más necesidad de hacer algunas trampitas para poder subsistir.
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16 comentarios:
Claro que cuando el fuerte ádenñas es maligno, no hay quien lo pare.
La idea de que los poderosos son más peligrosos que los débiles surge en nuestra más tierna infancia cuando todos eran más fuertes que una y si algo malo nos pasaba, seguramente era provocado por ese otro que, como digo, era realmente más fuerte que nosotras.
Estoy de acuerdo con la teoría de afronegra y creo que cabría agregarle que ese pre-juicio (esa idea formada antes de elaborar un juicio con prolijidad), luego fue reforzada por los que nos ofrecen el servicio de protección, que tanto pueden pertenecer a una mafia o no. Los primero son visibles, los segundos se ocultan detrás de algún partido político.
Una de las fortalezas de los débiles está en la sensibilidad de quienes les tienen lástima. Es fácil aglutinar gente en defensa de un débil. Es probable que éste desarrolle una habilidad especial para atraer la defensa de los humanitarios.
Los y las comentaristas se están olvidando de que realmente existen personas que no tienen casi ningún interés por lo material y que su debilidad está en perfecta armonía con sus logros y sus expectativas. No necesitan hacer ninguna "trampita" porque su ambición está en total sintonía con sus posibilidades. Sería injusto olvidarse de este grupo -nada pequeño- de personas conformes con lo que les tocó en suerte.
Cualquiera diría que el psicólogo encargado de este blog es un derechista, fascista, nazi, o algo por el estilo.
Como la gente me dice "vos sos cualquiera", entonces pienso que el psicólogo de marras es un derechista,...
Vengo leyendo todo estos blogs, me parecen muy interesantes, y comento que la mujer es débil físicamente pero cuando se pone a llenarle la cabeza (y otras partes huecas del hombre) es realmente pura dinamita. Puede llegar a demoler en poco rato lo que una madre y un gimnasio pudieran haber construido con forma de hombre grande y fornido.
Más o menos estoy de acuerdo con lo que se dice en el artículo pero lo veo por otro lado. El asunto es que es más confiable quien más tiene para perder. Es más vulnerable quien más tiene (para perder) y, al revés, es menos confiable quien no ha gastado litros de sudor para construir una fortuna (los hombres amamos tanto el sudor como el esperma), no ha invertido años tratando de prestigiar una marca, ha tenido que pagar puntualmente todos sus compromisos para disponer de crédito abundante y a bajo precio. Si el débil abusa de otro y este lo denuncia entre los conocidos, casi que no pierde nada, mientras que el más poderoso demoró años en crecer y puede demorar horas en caer.
Creo que es un flagelo propio de los países del Tercer Mundo el gran desarrollo que tiene la informalidad.
Los trabajadores marginales pueden manejarse con los escrúpulos que se les antoje y el consumidor está muy desprotejido.
No están establecidos en ningún local, para el Estado no ejercen la profesión que estamos contratando, no son persona jurídica. En caso de ser perjudicados por su falta de idoneidad o ética, sólo pueden ser demandando por la vía penal que implica dificultades muy grandes para el perjudicado.
También es cierto que la mayoría de ellos son personas de bien que no están dispuestos a hacer el daño todo el tiempo, pero en caso de que comentan un error, se lavarán las manos y su falta de solvencia nos dejará abandonados por el Estado por más razón que tengamos.
¡Dejate de proponer estupideces psicópata! A mi dame todo ilegal, fuera del sistema corrupto que tenemos, todo barato, clandestino, de contrabando, falso, hecho-en-casa, envuelto en papel reciclado. Vos podés pensar que estoy loco, que me como la bananas verdes, no entendés nada: Cuando tengo la más mínima sospecha de que el desgraciado me quiere estafar le adjunto un surtido completo de trompadas y me siento el hombre más feliz del planeta. Dónde si no voy a encontrar infelices que me den la oportunidad legal de convertirlos en una masa blanduzca como me gusta a mí.
Ser fuerte aumenta la autoestima pero también las exigencias. No digo nada nuevo pero refuerzo lo débil para que sea más fuerte, se perciba mejor y sea más confiable (que guitarreada!)
Ese tema de ser fuerte, honesta y sudorosa me tiene repodrida porque abarcó partes importantes de mi vida y no me hizo nada feliz.
Paradoja! En la feria pesan con más honestidad los empleados (más débiles) que los dueños (más fuertes).
Está lleno de empresas multinacionales poderosísimas que venden productos de mala calidad. Otras, grandes también, tienen buena calidad pero eluden impuestos, como la debilucha de Tienda Inglesa.
Conozco una rubia que según decían era una fiera pero para subsistir se convirtió en bambi. Nosotros los cazadores que somos repelotudos nos olvidamos que los bambis son especie protegida en Uruguay y la quedamos bien ensartados.
Los psicólogos deben ser muy fuertes para poder bancarle la cabeza a los enfermos. Miro su foto y lo confirmo, re-fuerte.
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