Hay un grupo de personas que adora trabajar, y que por trabajar entiende crear, transformar cosas simples en cosas complejas, cosas inútiles en cosas útiles, cosas incomibles en cosas comibles, cosas feas en cosas lindas.
El placer que sienten (sentimos) este grupo de personas es casi sublime. Abocarnos a la tarea nos da un gran placer y hasta podemos sentir una especie de veneración hacia ese tipo de trabajo (transformador, creativo) y a todo lo que se asocie con él (compañeros, taller, herramientas, materiales).
Creo que tanto placer y tan fuerte vocación por el trabajo surge de un intento de repetir la maravillosa experiencia que puede llegar a sentir una mujer cuando está embarazada, parir y cuidar a su hijo.
Una ver terminado el trabajo, podemos admirar y usufructuar lo que hemos creado o podemos venderlo, ganar un salario, transformarlo en dinero.
Y acá surge un problema que afecta a varios. Dado que nuestro pensamiento funciona haciendo múltiples e inevitables comparaciones (así como comparé el trabajo artesanal con el embarazo) y dado que también es posible pensar como proceso creativo el proceso digestivo, en muchas personas es posible encontrar que el fin de proceso productivo tanto puede ser el dinero (en caso de venta o salario), como el fin del proceso reproductivo es el parto y el pequeño para criar, como el fin del proceso digestivo es el excremento, la caca.
Por ciertas razones que no vienen al caso, hemos llegado a la conclusión de que la caca tiene feo olor y que hay que despreciarla tirándola. Al niño le cuesta muchas amarguras ver cómo su querida mamá tira la caca que acaba de producir con tanto orgullo, sin embargo, en el medio de todas esas comparaciones, quedan muy vinculados el dinero y la caca generando un rechazo parejo para uno y otra, lo cual puede ser un factor decisivo en la pobreza patológica.
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18 comentarios:
Gracias a la moda reciente de festejar mucho el cumpleaños número 50, mi esposa y mis hijos me regalaron el alajamiento completo de un tallercito de alfarería. Me hicieron lagrimear con esa delicadeza y ahora tengo la cabeza llena de diseños, formas, texturas, dibujos, guardas, colores.TENGO TODO!!!
Esto es de lo último que va quedando que el capitalismo no aprovecha: la caca. Ya habrán de encontrarle algún uso rentable.
Cuando murió nuestro padre pensamos que mamá caería en un pozo depresivo pero para alegría de todos reverdeció como una flor en primavera. Comenzó a tomar clases de artesanías y ahora está más atareada y contenta que antes. Un milagro realmente.
Muy a menudo uso la expresión "trabajo de mierda" y también "trabajo al pedo". Quizá me desestimula alguna comparación con lo que ud dice.
Hace más de dos años ya que sólo me interesa mirar películas por la tele. Nada más me interesa. Ni comer siquiera.
En las tareas agrícolas se utilizan los "desechos orgánicos" de algunos animales para abonar la tierra, o para hacer fuego las familias más humildes que no tienen posibilidades de adquirir otro material combustible.
Se dice que las empresas barométricas también hacen buen negocio.
Muchas mujeres, después de que dejan de poder concebir por la menopausia, se ponen muy laboriosas con las manos, se dedican a las flores, la quinta, el bordado, el arte culinairo.
Mi mujer tira el dinero por el water cuando sale con sus amiguitas, seg�n ella , de compras. �No es posible que pueda comprar tanto!
Una papa si se la hierve, fríe o cuece se come bien. Lo mismo un huevo.
Cuando mi hija toma esos dos elementos y los mezcla quedan convertidos en una tortilla incomible. Todavía no aprendió el arte de la paciencia.
Si el proceso creativo termina cuando nace el niño es igual que el proceso digestivo. Sólo puede prolongarse el proceso de creación si somos capaces de lograr que ese niño sobreviva. Haciendo un paralelismo con el dinero, sólo podremos hacerlo crecer si al mismo tiempo seguimos creciendo nosotros mismos.
Enorme placer al parir un hijo ¡USTED ESTÁ LOCO!
Quiero disfrutar a mi hijo. No venderlo. Por eso no puedo obtener un buen salario.
Su fervor por el trabajo era tan fuerte que decidió eliminar el sueño de su vida. De ese modo fue que Roque enloqueció.
Me quedaba tanto tiempo admirando a mis bebés que parecía idiota. Capaz que realmente lo soy y por eso no estoy en las mejores condiciones para hacer dinero.
Estar embarazada, parir y cuidar un hijo no es placentero, tiene sus momentos placenteros, igual que el trabajo. Ya sé que el Licenciado lo sabe, lo digo sólo por pelear.
El fin del proceso productivo es el producto maldito que nunca logro vender.
Soy de digestión lenta y mis viejos que no me comprenden siempre me andan apurando con que tengo que trabajar.
Mi pensamiento funciona haciendo múltiples e inevitables comparaciones en contra de mí.
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