Si vamos a buscar el origen de la palabra «sueldo» nos encontramos con que así se llamaba el dinero entregado a los soldados mercenarios contratados por los señores feudales para hacer la guerra (tanto defensiva como invasora).
Es difícil de creer que un significado tan antiguo como la Edad Media realmente tenga algún peso en nuestras mentes contemporáneas, pero lo lamentable es que no se puede afirmar lo contrario.
Por ejemplo, muchas veces los empleados a sueldo, se sienten mercenarios, es decir, personas que defienden con su energía los intereses de otras personas. Alguien puede ser un gran trabajador por una causa que la siente como noble y que lo llena de heroísmo, pero se siente totalmente desestimulado en hacer el mismo esfuerzo a cambio de un sueldo, quizá porque se siente un soldado que anda por el suelo... arrastrándose para no ser visto por el enemigo, pero que también lo hace sentir humillado por tener que adoptar tales posiciones corporales indignas, a cambio del vil dinero. (Resalté en rojo las letras que se repiten en los diferentes vocablos, porque esta coincidencia también merece ser tenida en cuenta).
Si usted no está familiarizado con la lógica —ampliamente confirmada— del psicoanálisis, podrá sentirse un poco escéptico de que yo comience con la palabra «sueldo» y termine asociándola con «arrastrándose», pero le tengo dos noticias. La mala es que efectivamente esto puede ser así y la buena es que si bien tal cadena asociativa es propia de la psiquis humana, funciona solamente en algunas personas.
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15 comentarios:
no doy tanta vuelta para llegar a lo mismo. Cada vez que me dan el sobre con lo que me pagan, lo abro, cuento el dinero y me muero de furia e indignación. Me roban y no puedo defenderme.
Es un poco traída de los pelos esta explicación de cómo algunas personas son pobres. No me convence nadita.
No tengo conocimientos como para decir si este artículo es teóricamente correcto según el Psicoanálisis pero me resulta creíble que a mi me disguste trabajar por un sueldo porque, aunque sea de muy lejos, me haga sentir como que soy un soladado metido en una guerra ajena. Mi patrón y sus hijos tienen su vida y yo estoy peleando para ellos. No me gusta.
Nunca uso la palabra sueldo. Lo más que digo es "la paga", así que no me resulta familiar todo este tema. No sé bien a qué se refiere.
Mi sueldo está por el suelo. Yo me arrastro para alcanzarlo, estiro el brazo derecho (que es el que tengo más largo) y cuando al fin llego, saldo algunas cuentas, como un buen soldado. Para comer el resto del mes juego a los dados.
A mí me pagan para que salga a pelearla todos los días.
Yo me pongo la camiseta de la empresa, la defiendo a muerte como un soldado y recibo un sueldo acorde. No me puedo acordar cuánto pero gano bien.
Los señores feudales se la jugaban y salían a pelear junto con los mercenarios y su gente, en cambio mi patrón no se aparece nunca por la empresa. Perdió las llaves y para entrar le tenemos que abrir los empleados, con eso te digo todo.
En nuestras mentes contemporáneas se conserva y sintetiza la historia toda del ser humano.
Soy empleado y a mucha honra. Para ser patrón hay que invertir mucho tiempo y energía. Prefiero dedicar a mi mismo, en forma directa ese tiempo. En el trabajo soy responsable y cuando trabajo sé que defiendo mis intereses.
La gente que siente que se arrastra por un sueldo porque se sienten mal pagos o haciendo una tarea que está por debajo de sus espectativas, son los que se roban las gasas de los hospitales, los rollos de papel higiénico en los geriátricos, las latas de pintura en las ferreterías, etc, etc.
Mi trabajo es quizás el más noble: soy médico. Intento salvar vidas. Gano poco pero jamás haría paro como forma de presionar por un mejor sueldo. Respeto profundamente a mis pacientes, me debo a ellos y es cierto, creo que hay algo de heroísmo en mi trabajo y no estoy dispuesto a arrastrarme por un aumento de sueldo.
Soy docente en una Facultad de Ciudad de México. Enseño estadísticas. Cuando habla usted del enemigo me hace acordar a los profesores de la cátedra de psicoanálisis.
Soy un gran trabajador amigo de lo ajeno.
También hay quienes se ganan el sueldo haciendo el trabajo o el arte que les gusta. En realidad pueden disfrutarlo.
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