lunes, 28 de julio de 2008

Esquilo + Sófocles + Eurípides

Una tragedia es un relato donde los personajes protagonistas se ven enfrentados de manera inevitable a un destino al que los espectadores le imaginamos un desenlace fatal. Las tragedias han de acabar forzosamente en muerte violenta del protagonista o en su lugar con algún deterioro mutilante como la ceguera, la parálisis u otro desastre insoportable e irreversible.

En el teatro mental que todos tenemos, hay personas que siempre ven la realidad —en la que son protagonistas— como una tragedia. Si llaman a un amigo y éste no contesta el teléfono, suponen que se ahorcó. Si el hijo está llegando más tarde de lo esperado, seguro que tuvo algún problema grave.

Estas experiencias terroríficas no cambian por más que luego se enteren de que el amigo no contestó el teléfono porque se estaba duchando o que el hijo llegó más tarde porque la fiesta estaba muy divertida como para abandonarla.

El apego a esta visión de la propia realidad necesita a veces algún decorado concordante ya que no queda muy creíble que alguien con estas ideas tenga una vida próspera, esté rebosante de salud y todo le vaya bien.

Esta concordancia entre el estilo trágico del libreto personal y el escenario debe existir para que la sociedad no piense que está loco. De ahí que estas personas procedan a montar la escena adecuada para la tragedia a representar y por eso tienen que ser pobres, enfermos y llamativamente desafortunados.

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16 comentarios:

Anónimo dijo...

NO PUEDO DIVERTIRME: Si llego tarde, mi madre está levantada en camisón con cara de tragedia mundial, si llego temprano es porque la salida estuvo aburrida. Mi destino -al menos por ahora- es no divertirme.

Anónimo dijo...

Conozco a uno que parece loco justo por eso de llorar miserias y tener una camioneta con 3 hileras de asientos, vidrios polarizados, marca Toyota y una casa enorme en un barrio elegante. Todo a él le va para atrás. Ya no le creemos nada de lo que dice. Aunque fuera verdad.

Anónimo dijo...

En mi familia hay muchos que prefieren hablar de enfermedades, médicos, internaciones, remedios, velatorios, sepelios, quiebras. Les huyo como a lucifer.

Anónimo dijo...

Quizá yo tenga un escenario de tragedia en mi cabeza, pero cada vez que EE.UU. se dedica a democratizar un país, sólo puedo imaginar una masacre a modo de "daños colaterales".

Anónimo dijo...

Les demuestro por qué es muy bueno esto de pensar siempre lo peor: Como una buena fantasía trágica puede pintar la vida con una intensidad que la realidad nunca podrá igualar, cuando las cosas suceden realmente, por peor que sean, siempre parecerán hermosas al compararlas con lo que se esperaba.

Unknown dijo...

Hay quién lo primero que dice cuando se despierta es "me siento mal", o "estoy loca de la cabeza".
Y al leer el artículo asocié porqué esta persona está tan desconforme con la vida, ella misma crea su infelicidad, su tragedia, y no se da cuenta.

Anónimo dijo...

Mi madre siempre piensa lo peor, tal cual se relata en el texto. Ella es ese tipo de personas. Sin embargo siempre se la ve feliz y de buen ánimo. Tiene 10 veces más energía que yo, que soy 30 años más jóven y trato de ver las cosas con humor.

Anónimo dijo...

No creo en el destino, pero me encanta llorar mirando las comedias con paralíticos, ciegos, hijos huérfanos, mujeres engañadas, celos, muertes, envenenamientos, suicidios, litigios ¿sigo?

Anónimo dijo...

No es muy creíble alguien que tenga una vida próspera, esté rebosante de salud y todo le vaya bien.

Anónimo dijo...

Ya pasé la cuarentena y no tengo las llaves de casa porque mi madre tiene miedo de que las pierda. No todo es tan malo. Ha encontrado una buena solución. Ella aún conserva la alfiler de gancho con la que sujetaba mis pañales. Si ato con esa alfiler las llaves adentro del bolsillo, entonces capaz que me las da.

Anónimo dijo...

Me afecta muchísimo el texto de hoy. Acabo de llamar a mi amigo. Fui hasta su casa porque no contestaba...imaginan el final ¿no?
Ya no puedo soportar esta existencia cruel, se los digo con una lágrima que me rueda en la mejilla.

Anónimo dijo...

A Rafaella Carrá le pasaba eso de que llamaba y llamaba y nunca la atendían. Pobrecita.

Anónimo dijo...

Lo que pasa Malvina es que ella llamaba a la distribuidora de supergás ¿notaste lo fácil que era el teléfono?

Anónimo dijo...

Soy ciego y percibo la realidad como muy ruidosa. Siento que la misma gente genera viento cuando camina. Los celulares suenan como melodías urbanas en medio de ese ruido y esas ráfagas. Hay muchos cuchicheos, charlas, comunicación. La vida está muy viva y aunque no puedo imaginarme lo que otros ven, creo que hay situaciones interesantes que no vale la pena perder

Anónimo dijo...

¿Por qué será que los más pobres económicamente hablando, son los que menos se asustan de la realidad?

Anónimo dijo...

Ernestina, hay una canción que la recuerdo cantada por un uruguayo que decía "menos mal que existen los que no tienen nada que perder, ni siquiera la muerte"