jueves, 3 de julio de 2008

Todos tenemos un precio

Como decíamos días atrás, el dinero es un objeto polivalente, comodín (del naipe), que puede representar satisfactoriamente a casi todos los bienes y servicios que uno puede estar interesado en comprar o vender.

Este objeto —el dinero— capaz de sustituir a tanta cantidad de objetos y servicios, es también un símbolo, un representante.

Su capacidad de representación llega a veces a situaciones extremas.

Tomamos con naturalidad que la muerte de una persona pueda llegar a ser pagada con dinero. Es el caso de los accidentes en los que el causante, si es solvente, tendrá que pagar a sus deudos una suma de dinero que estará relacionada con la capacidad productiva del fallecido. No se exige la misma indemnización por la muerte de un gerente que gana U$S 50.000 por mes que por uno de sus empleados que gana U$S 1.000 por mes.

Aunque la lógica que sostiene esta práctica legal está centrada en la pérdida de ingresos de los indemnizados debido a la ausencia definitiva del fallecido, no podemos ignorar que se le está poniendo precio a la vida de una persona.

Tampoco podemos desconocer que cada persona está siendo cotizada, tasada, apreciada por lo que es capaz de producir, de hacer, de generar y no por el sólo hecho de ser un integrante de nuestra especie.

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo pesadillas en las que unos hombres calvos y enormes, con casacas de cuero sin mangas, me sujetan a una mesa de operaciones y me tatúan en código de barras que no sé que información contiene.

Anónimo dijo...

Según creo en Colombia la idea es que la viuda y sus hijos puedan tener una entrada parecida a la que tenían cuando vivía el fallacido, teniendo en cuenta que ahora ya no está él para gastar, o sea que es menos de lo que él cobraba. Creo que sea un 50% o algo así.

Anónimo dijo...

La idea de los legisladores es tomar al deceso como una forma de desocupación y sus consecuencias en el hogar. Lo que se termina pagando es parecido a una indemnización por despido, en proporción a lo que ganaba y también en proporción al tiempo que hacía que estaba trabajando.

No creo que esto tenga necesariamente que interpretarse como un ponerle precio a la vida de un semejante. Pasa por otro lado la cosa.

Anónimo dijo...

Algo interesante de todo esto es cómo se reconocen los derechos de los concubinos o "en aparente matrimonio" como tb le llaman.

Anónimo dijo...

Estas cosas me recuerdan lo que me pasó hace unos años cuando vivía con mi antiguo compañero. Lo despidieron sin causa justificada y al día siguiente lo mató un camión que se dio a la fuga y dicen que nunca más pudieron hallarlo. Traté de reclamar por el despido pero me dijeron que yo no existía en los documentos y hasta pasé hambre. Menos mal que aún no tenía hijos.

Anónimo dijo...

Que las personas somos valoradas por lo que somos capaces de aportar a la producción total es algo totalmente sabido y propio del sistema capitalista. Este es uno de los mejores motivos por los que seguimos habiendo personas que no paramos de combatirlo para cambiar todo esto por un régimen más humano.

Anónimo dijo...

Aunque todo puede ser mejor, es de buen ciudadano -tenga la ideología que tenga- velar por la seguridad propia y ajena. Para poder canalizar civilizadamente esta responsabilidad, existen los seguros contra terceras personas o los seguros individuales donde cada uno destina parte de lo que gana para pagar un importe anual para contrarrestar las consecuencias materiales de algunos riesgos.El régimen capitalista será muy inhumano según Frida pero tiene contempladas todas las situaciones y posee herramientas para evitar congingencias que los regímenes de izquierda o no contemplan o lo tienen centralizado en el Estado con toda la burocracia que esto implica.

Anónimo dijo...

Cuando conozco a una chica demoro bastante tiempo en presentarle a mi representante; antes me aseguro de que no quiera cambiármelo por un sin fin de bienes y servicios.

Anónimo dijo...

Que las indemnizaciones estén en relación a lo que ganaba el fallecido es para que la flia. no tenga que cambiar de estilo de vida de una manera tan brusca. Los aseguradores son gente muy considerada.

Anónimo dijo...

Mi amor está desocupado, su vida no tiene precio.

Anónimo dijo...

Por el momento estoy cotizando en baja.