Las personas (y todos los seres vivos) vivimos porque tenemos un cuerpo que funciona consumiendo energía.
La cantidad de energía que cada uno consume es variable dentro de ciertos límites y depende de si es hombre o mujer, la edad, su estado de salud, en qué parte del planeta viva, el tipo de actividad que desarrolle.
Cuando alguien no puede satisfacer esta demanda mínima de energía, se dice que vive en estado de indigencia.
Pero, si bien existen muchos indigentes, convengamos en que esto no debería realmente llamarse «vivir». Vivir incluye otras necesidades no alimentarias: la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria, no ser discriminado.
Cuando alguien accede a estos recursos mínimamente, se dice que vive en estado de pobreza.
En este límite tan bajo ya aparecen las dudas, las interpretaciones subjetivas, las diferentes opiniones y opciones.
A los largo de la historia y en diferentes colectividades, la pobreza ha sido padecida por algunos y buscada por otros.
Si bien para una mayoría la pobreza es una situación negativa y que corresponde ser evitada, para algunos constituye una forma de dominio de la psiquis sobre el cuerpo.
La pobreza, la castidad y la obediencia son una opción predilecta para un grupo de personas que de alguna manera se constituyen en modelos que deberían ser imitados por todos aquellos que busquen optimizar lo que serían los rasgos exclusivos de nuestra especie: la psiquis (espíritu, alma).
En suma: la creencia en que estamos constituidos por una parte material más una parte inmaterial, permite suponer que ésta (psiquis, espíritu, alma) es la verdaderamente humana en desmedro de la otra (el cuerpo) y que por tanto, buscar la pobreza es una forma de sentirnos verdaderamente humanos (no animales).
NOTA: Este artículo está vinculado con ¿Ella habla sola?
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26 comentarios:
Tengo una gata que no se si es pobre o rica pero cuando la observo caminar por la casa o viene hacia mi para jugar... me siento millonario.
Excelente comentario el de Muertevideanos! Las mascotas son calidad de vida y no sé si los arquitectos lo están teniendo en cuenta. No veo que alguien presente un proyecto en el que se diga "...y este es el lugar para la mascota de la familia".
La gente espiritual que conozco, tiene una particularidad que no sé cómo definir bien, pero es algo así como una tremenda arrogancia vestida de harapos. Son personas que incluyen la humildad como forma de vanagloriarse. No sé si logré explicarme.
En los canales de cable donde pasan documentales sobre animales, me resulta grotesca la actitud de ellos cuando fornican mirando para cualquier lado, como un acto mecánico. Esta sola actitud me hace tomar distancia de ellos y me molesta cuando usted argumenta a favor de que somos todos animales... aunque sé que tiene razón.
Con el debido respeto que me merecen todos y todas, creo que muchas personas optan por la pobreza porque no saben cómo salir de ella y se imaginan que es una decisión filosóficamente fundamentada.
Me aterra la indigencia. Las fotos de gente hambrienta me resultan tan agresiva como las de accidentados o heridos de guerra.
Me hizo acordar al dicho "No es rico quien más tiene sino quien menos necesita".
Me autodiagnostico como una "gorda feliz" y desde esta situación, cuando veo los desfiles de modas, pienso en los monjes que hacen votos de pobreza, pero reconociendo que esas chicas parecen estar más rodeadas de tentaciones que los religiosos.
Tuve mi época mística hasta que me casé con mi esposa, tan terrenal y seductora que me evangelizó hacia un materialismo placentero y realista. No engordé mucho por suerte.
Lo sigo cada tanto tiempo y en este caso me parece que los pobres por opción no son lo que a usted le preocupan, sino más bien aquellos que padecen alguna neurosis empobrecedora.
No me gusta padecer pero disfruto comiendo cada vez que tengo hambre y deteniéndome cuando tengo los primeros síntomas de saciedad. Hasta no hace mucho, esto no podía hacerlo. Comía cuando estaba aburrida y paraba cuando tenía asco.
Tengo épocas en las que me pongo muy disciplinada y épocas en las que poco menos que soy una depravada. No he logrado encontrar una conducta intermedia. ¿Seré normal? Por suerte tengo una amiga que es igual.
LA POBREZA CUANDO ES ACEPTADA POR EL INDIVIDUO COMO FORMA DE
PENITENCIA NO CAUSA MAYOR TRASTORNO SOCIAL. EL PROBLEMA DEVIENE CUANDO EL POBRE QUIERE TENER LO QUE NO LE ES ACCESIBLE PERO CONSIDERA QUE SERIA JUSTO QUE LO TUVIERA. POR ESO LA HISTORIA UNIVERSAL TIENE UN QUIEBRE
DESPUES QUE EL INDIVIDUO DEJA DE CREER QUE SU CONDICION DE POBRE ES
IRREVERSIBLE Y MANDADA POR DIOS Y ALENTADO POR DESCONOCIDOS PRECURSORES (AGITADORES) COMIENZA A PENSAR QUE TIENE DERECHO A DEJAR DICHA CONDICION. MAXIME CUANDO LE ENSEÑAN QUE NO DEBE ESFORZARSE MUCHO PARA SALIR DE POBRE. SOLAMENTE DEBE EXIGIRLO.
Los avaros del espíritu controlan el ritmo de la respiración y las pulsaciones cardíacas.
La parte que nos parece inmaterial es la que todavía no pudimos ver con los ojos ni con ningún otro instrumento.
Los que logran la pobreza se sienten ricos.
Nos creemos los reyes de la creación y vamos a terminar gobernados por un Delfín.
Vivo en la indigencia porque mi demanda de energía es enorme!
¿Quiénes son pobres, castos y obedientes? Los niños.
De nada sirve la disciplina que me impongo para sentirme humana si a la salida del trabajo voy en el colectivo colgada como un cacho de carne.
Me fui de mi país huyendo de la pobreza y ahora en el extranjero continúo siendo pobre porque soy discriminado y no tengo derechos.
El que nace pobre me parece difícil que busque la pobreza.
Cada vez que me propongo remontar esta situación de pobreza insostenible aparece la tentación de la tarjeta!
Nuestra psiquis se parece más a la de los monos que nuestro cuerpo.
El gobierno siempre dice que cada vez somos menos. A mí me reconforta que ud diga que somos muchos.
Hace más de dies años que no miro televisión uruguaya, no tengo tarjeta y no compro a crédito absolutamente nada... y aquí me ven pobre pero contento.
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