sábado, 18 de abril de 2009

Los demonios traviesos

El deseo es un motor que nos lleva para ciertos lugares que nuestro pensamiento evita. Si nuestro deseo fuera una persona, sería alguien muy perturbador, que nos invitaría a cometer actos que nuestra moral condena.

Claro que uno puede preguntarse si el equivocado es «el señor Deseo» o «la señora Moral».

Como nuestro deseo tiene esa mala fama dentro de nuestro pensamiento, entramos en conflicto con relativa facilidad.

Les cuento un caso que me llegó hace poco: Una señora joven esperaba que la citaran para una reunión en la que dos empresarios negociarían con ellas las condiciones en que le aceptarían una propuesta laboral que ella les hizo.

Por algún motivo, estas personas se demoraban en agendar el encuentro más de lo que la ansiedad de ella consideraba tolerable.

Se había convencido de que insistirles en estudiar el asunto era un gesto que le daba una mala imagen pues aparecía como desesperada por cerrar el negocio.

Hablamos y pudo asumir que su mente estaba siendo bloqueada por el prejuicio de que «todo lo deseado es peligroso». Entonces se animó a provocar el encuentro y por suerte tuvo un final feliz.

Conclusión: No todas las sugerencias de nuestro deseo tendrán que ser problemáticas. Quizá lo sean solo una pocas.

●●●

23 comentarios:

Ariadna dijo...

El deseo es abrazador porque nos abraza y también abrasador porque nos cocina a las brasas.

Aristos dijo...

Ariadna, quizás seas ariana y por eso eres de un signo de fuego, que te hace vivir así tu deseo.

Darwin dijo...

En las negociaciones, todos pretendemos tener la última palabra, queremos que sea el otro quien tome las iniciativas. Me parece que detrás de esto hay un tema de comodidad.

Carola Disconzi dijo...

Soy la menor de tres y esto ha sido una suerte porque los errores de ellas trato de evitarlos. Sé como dirigirme a un hombre que me interesa, a un cliente que me interesa, a un empleador que me interesa. Ellas dicen que debería poner una academia.

Anónimo dijo...

Las sugerencias de mi deseo son un poco temibles y lo veo en el asunto de la homosexualidad. Tengo muchos deseos homosexuales que por algún motivo me atemorizan. Soy hetero pero a veces me atacan deseos homo y ahí me aterrorizo. No sé xq.

Xavier Diana dijo...

Yo también simbolizo al deseo como algo rojo porque este es el color del peligro.

Psic. F. Hernández dijo...

Atención colega: no olvidemos que la censura al deseo es también algo placentero. No nos quedemos en las apariencias o en el nefasto sentido común.

Luisa Fraga dijo...

Las mujeres estamos educadas para reprimir nuestras aspiraciones de una manera estratégica. Sabemos que tenemos una situación más peligrosa que los hombres y que estos son más irresponsables que nosotras simplemente porque no tienen útero. Quedarse con un hijo es una carga para la etapa más disfrutable de cualquier existencia y sin la colaboración del padre, las cosas pueden ponerse muy agrias.

Leonardo Matosas dijo...

En cuestión de negociar, para mi es diferente. Nunca me gusta responder al planteo que otro me haga y por eso prefiero ser yo quien plantea, propone, insiste, argumenta, lucha. Ni se me ocurre que mi contraparte pueda sacar alguna ventaja inmerecida de esta actitud mía. Al contrario, me parece que desmostrar interés y exhibir mi deseo, nos favorece a ambos mucho más que estar jugando a las escondidas como niños.

O. Marsicano dijo...

El deseo ocupa el lugar del dinero por lo que paso a explicar: Si me gusta mucho jugar al fútbol, puedo pagar por jugar, pero si juego bien pero prefiero el Play Station, tendrán que darme mucho dinero si me quieren jugando al fútbol.

Sin importar lo que sea cierto, debo fingir que no me gusta para ganar más.

Héctor dijo...

Mi yerno es un buen tipo pero muy especial. Después de varios errores de mi parte, me di cuenta que a él no hay que pedirle nada directamente, porque al hacerlo se pone cargoso con el mérito, Sin embargo, si uno lo deja hacer (le queda muy bien un cierto tipo de pan), entonces todo transcurre sin que se ponga bobito.

Edgardo dijo...

Usted le hace la guerra al sentimiento religioso pero por algún motivo no me ofende. Ahora, con este artículo, puedo decirle algo que puede serle de utilidad: Cuando uno habla con Dios puede explayarse comunicando cualquier deseo que tiene y no tiene que quedarse atorado con él, sin comunicárselo a nadie por cumplir una estrategia.

Rosaura Ll. dijo...

Todavía no sé bien qué diferencia hay entre deseo y amor. Para mí que las personan aman lo que desean y el amor, podrá ser contrariado por el interés de terceros (como Romeo y Julieta), pero no creo que en esencia pueda ser condenable alguno de los dos.

montonero peronista dijo...

El pensamiento y el deseo ferviente de una patria mejor sigue siempre junto a Evita!!

Grafito Paredes dijo...

si mi deseo fuera una persona sería un vagabundo

un mozo del Palacio Legislativo dijo...

Las negociaciones entre el Sr. Deseo y la Sra. Moral amenazan con durar por lo menos otras ocho horas.

Lorena dijo...

La mala fama del Sr. Deseo se debe a que es demasiado impulsivo.

el analista dijo...

Los empresarios demoraron las negociaciones con la señora jóven porque enseguida notaron su doble personalidad y pensaron que "negociarían con ellas" de una manera muy confusa.

Iang and Rubikan dijo...

Para agendar con rapidez AGENDAS EL VELOZ, y sus citas siempre a tiempo!

Confeso Abertura dijo...

Los vaqueros con botones son más seguros. El cierre es un gran invento pero ya estaba harto de la bromita "tenés el almacén abierto" y yo siempre tenía que andar desesperado por cerrar el negocio.

Lidia Montes de Oca dijo...

Ud está insitando a la provocación de encuentros peligrosos ¿Ese es su aporte a la comunidad?

Romualdo dijo...

No me gustan las sugerencias problemáticas porque de seguro tenés que aplicar alguna fórmula matemática.

César Tarantino dijo...

Mi madre estaba bloqueada con ese mismo prejuicio de que todo lo deseado es peligroso. Al final nací por cesárea.