lunes, 27 de abril de 2009

Mejor no hablemos de dinero

Camuflar es disimular la presencia adoptando el aspecto del entorno. Por ejemplo, los soldados se visten de verde para ocultarse dentro de un bosque.

Por el contrario, en un set de televisión se usa como color de fondo aquel que mejor realce la visibilidad de los actores.

Estas técnicas se apoyan en cómo los seres humanos vemos. El color blanco casi no se ve sobre un fondo gris muy pálido pero se ve perfectamente sobre un fondo color negro.

Esta particularidad de nuestra visión también la encontramos en otras formas de percibir. Por ejemplo:

- Hay personas que se sienten más cuerdas, más racionales, más sanas mentalmente, si viven en una ciudad donde hay un manicomio que encierra a todos los que están locos. Si están afuera de él, suponen que «tienen razón».

- Hay personas que se sienten más honestas cuantas más personas pueblan la cárcel. Imaginan que estar libres equivale a que son buenas, generosas, dignas.

- Hay personas que se sienten exclusivas, diferentes, superiores, si hablan un idioma propio (1). Suponen que esa dosis de extravagancia aporta originalidad, distinción, elegancia.

- Mucho más difícil resulta evitar el uso de la moneda local. El dinero de cada país es «de curso legal y forzoso», es decir, que los ciudadanos están obligados a aceptarlo como forma de pago. Pues bien, para algunas personas es placentero distinguirse aplicando su esfuerzo en no usar ese dinero. Esta forma de ser original es tan cara que generalmente empobrece a quienes la practican.


(1) Este tema es abordado desde otro punto de vista en el artículo titulado ¿ai que aser los deveres?

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27 comentarios:

Alejo dijo...

En mi familia todos estamos bien porque tenemos un tío que no se saltea ningún defecto humanamente posible.

Isidro Mendieta dijo...

y qué otra forma propone usted para que los delincuentes no ataquen a los ciudadanos trabajadores? Los deportamos? A dónde, a la luna?

Ramón Cabral dijo...

No me doy cuenta cómo alguien puede evitar el uso del dinero.

Bernardina dijo...

Mucha gente se provee mediante el canje Ramón. Vuelven al sistema anterior a este invento del dinero. El canje funciona perfectamente y su uso genera vínculos de amistad que el dinero estropearía.

Aída Baladán dijo...

Nada más hermoso que integrar una red de favores solidarios. Todos nos ayudamos en todo: tanto sea para construir una casa, como para cuidar un enfermo, como para prestarnos alimentos.

Franco Honorio dijo...

Esta gente tiene alergia al cerebro. Lo digo así, sin investigar mucho. Y no tiene cura eh! Lamento decírselos.

Dr. Carlos Alem dijo...

Soy médico, y por razones propias de nuestra profesión tenemos que manejarnos con cerca de 15.000 vocablos, mientras que un ciudadano común puede comunicarse bien con 2 o 3.000.

Claramente los médicos a veces no somos comprendidos por personas que no usan tantas palabras. No es un esnobismo, es una necesidad.

Lic. Argüello Pimienta dijo...

Algunas empresas inventan su propia moneda para estimular la fidelidad de los compradores. Mediante algún sistema de puntos (que le darán algún nombre identificatorio) obligan a que los clientes "compren" con el "dinero" que recibieron en forma de bonificiación. Es "dinero" es de circulación sólo interna a la empresa.

Ivana Baubeta dijo...

Algunos jóvenes tienen extrañas explicaciones para lo que quieren decir las figuras que se tatúan. No sé qué pueden querer significar los anillos, agueros y otros simbólos.

Florencia dijo...

Lo que más lamento de haberme casado es esta cosa de tener que ganarme el dinero y repartirlo, hacerlo durar. Es feo esto.

José Luis dijo...

Tengo nostalgia de cuando salíamos con mis amigos a divertirnos y entre todos no juntábamos un dólar, pero al regresar habíamos tenida una maravillosa diversión.

Pablo Picaccio dijo...

Me gustaría comprar sexo mediante la modalidad de trueque, pero qué tendría que hacer: Construirle una casa a la vendedora? No tengo noción de las proporciones. Para mí ahora vale como dos casas con fondo.

Diana dijo...

Apoyo la propuesta de trueque y de redes solidarias. Así los seres humanos fortaleceríamos nuestros vínculos.

Mariela dijo...

No me gusta utilizar el dinero para pagar porque se me termina muy rápido.

Lucas dijo...

Los siquiatras se sienten más sanos cuando se ponen la túnica blanca, pero ya empiezan a sentir mejorías a medida que salvan exámenes.

Oscar Hierro dijo...

Uso poco el dinero: cuando lo tengo lo uso poco para que tire hasta fin de mes y cuando me sobra no lo uso porque trato de ahorrar para después (para cuando no tengo dinero y por ende... no lo uso)

Nepomuceno dijo...

El dinero es de curso legal y forzoso ¡igual que los ríos! Otra similitud entre el dinero y el agua!

Patricia Berckeley dijo...

Estoy de acuerdo con el Dr. Alem, en que hay un montón de palabras propias de cada profesión u oficio, que resultan poco conocidas para los legos. Otra cosa distinta es que los intelectuales de medio pelo busquen darse jerarquía utilizando un lenguaje oscuro, que no cumple con la función de comunicar.

Lucía Stein dijo...

En la Municipalidad la mejor forma de camuflarse con el entorno es bajar notoriamente la velocidad de respuesta.

municipal autocrítico dijo...

Complemento lo que dice Lucía agregando que la otra forma de camuflarse es completamente opuesta: gran velocidad de respuesta cuando hay que acomodar el cuerpo.

el quechua dijo...

Yo imaginar que estar libre es ser indio a caballo.

Soga Marinera dijo...

Me siento más cuerda cuando miro a los escuálidos hilos de coser.

Mª Eugenia dijo...

¿Qué relación hay entre ser una mujer honesta y no mantener relaciones prematrimoniales?

Lautaro dijo...

Soy daltónico y la gama de colores que veo es por lo tanto poco extensa. Para mí contraste significa claridad. Pienso que así como a mí se me hace imposible captar la enorme variedad de tonalidades que existen, a todos también se nos complica vivir en un mundo donde no está claro lo que está bien y lo que está mal, lo que se puede y lo que no, lo legal y lo ilegal, etc.

Omar dijo...

Por cortedad, a veces uno no habla de dinero cuando tiene que hablar, y después la queda. Hace poco fuimos un grupo de amigos, que no nos veíamos hace tiempo,a un restaurante. Cada cual pidió algo distinto. Yo tomé agua y no pedí postre para gastar lo menos posible. Otros amigos pidieron vinos finos, gastaron mucho. Cuando llegó el momento de pagar se decidió, casi como si eso hubiera estado implícito, que se sumaría lo gastado por todos y se dividiría en partes iguales.
Casi me corto un huevo.

Tramposa Larraposa dijo...

Ni volviendo al Penal de Punta Carretas a sus orígenes me voy a sentir más honesta.

Jackie dijo...

Sólo me manejo con dólares o tarjeta. Eso me hace sentir en el
1er mundo.