No podemos afirmar la inexistencia de la verdad, pero sí podemos afirmar que la inteligencia humana tiene la capacidad de imaginar su existencia, mas no la certeza de poder conocerla.
Nuestra mente es capaz de suponer que entiende (por ejemplo), la gravitación universal. También podemos redactar una descripción que tenga un amplio consenso, pero es un acto de optimismo y omnipotencia, asegurar que sabemos la verdad sobre la gravitación universal.
Sería más prudente decir que podemos antropomorfizar la ley de la gravitación universal, es decir, podemos dar la versión humana.
Estamos en condiciones de describir cómo un ser humano imagina por qué los objetos, que parecen flotar en el espacio, tienen una cierta regularidad, según el criterio humano de regularidad.
Sin ir tan lejos, podemos decir que la economía, como rama del saber que destina su esfuerzo a optimizar la generación y administración de bienes escasos y necesarios para nuestra supervivencia, lo que viene haciendo desde que alguien se preocupó por esa tarea, es ver cómo logramos los mayores resultados con el mínimo esfuerzo.
El objetivo económico de las naciones y de los individuos, es lograr el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo.
Todo el progreso económico de la humanidad ha consistido en obtener mayor producción, con cada vez menos trabajo.
Esta idea justifica imprimirla, colgarla a los pies de la cama y leerla al levantarnos.
El sentimiento de culpa, nos resta energía. Equivale a perforar el tanque de combustible de un vehículo.
Administramos mejor la fuerza laboral, si no la gastamos sintiéndonos culpables porque no tenemos ganas de trabajar.
Para optimizar nuestro rendimiento, para que de cada caloría consumida en nuestro empeño de ganarnos los recursos materiales necesarios para vivir, logremos los mayores beneficios, es técnicamente obligatorio erradicar cualquier sentimiento de culpa que despilfarre nuestra fuerza laboral.
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10 comentarios:
Cada vez que alguien dice "quítate la culpa", siento una liviandad y bienestar difíciles de describir. Sin embargo, en seguida surge otra voz por detrás que susurra: "no te apresures, no es tan fácil, tienes que PAGAR".
Si no tengo ganas de trabajar no me siento culpable. Bárbaro. Entonces ahí, me elevo desafiante y ... estiro la cama para acostarme a dormir.
Me empeño mucho en ganarme el sustento. Necesito consumir calorías trabajando, para comerme el sustento sin que se note tanto.
Hay ocasiones en las que el esfuerzo da placer y satisfacción. Por ej, a veces estoy 3 hs hasta lograr dibujar un detalle como lo deseo; ese es un esfuerzo que al hacerse mayor, me brinda una satisfacción más fuerte al alcanzar la meta.
Es un placer lograr un buen entrenamiento y después hacer la gimnacia de taquito (o de taquitos, por qué no?)
Se busca obtener más producción y reducir la mano de obra. Esto hace progresar económicamente al patrón.
Los objetos que flotan en el espacio, también tienen la regla!
A veces para optimizar el rendimiento, alcanza con ser un poco más optimista (rendís lo mismo pero lo das otro color).
Son tantas las ideas que tengo colgadas en las paredes de mi cuarto, que prefiero empapelarlo de ese modo en lugar de pintar.
Buscar grandes rendimientos con mínimos esfuerzos es de haraganes. Y la pereza es la madre de todos los vicios. Hay que esforzarse mucho para quedar tan pero tan cansado, que te sea imposible caer en la tentación.
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