martes, 8 de febrero de 2011

La cadena alimentaria de los caníbales urbanos

Por alguna razón ecológica, hay muchos humanos depredables y pocos depredadores.

Podemos soñar con que llegará un día en que lobos y corderos pasten mansamente compartiendo la misma pradera. Lo que no podemos es creer seriamente que eso llegue a ocurrir, por una razón nada menor: los lobos son carnívoros y los corderos son herbívoros.

Más aún: ambas especies pertenecen a una misma cadena alimentaria y está previsto por la naturaleza que el lobo se coma al cordero, más tarde o más temprano, dependiendo de cuándo tenga hambre.

Por su parte el cordero tienen que saber (por instinto) que debe alejarse del lobo lo más posible precisamente porque de eso depende que siga viviendo.

Así es que tenemos la realidad de los lobos, la realidad de los corderos y un tercer elemento que nos interesa a los humanos: qué interpretación le damos a estos hechos.

Como nos ocurre muy a menudo, debaten entre sí dos grupos de opinión:

— unos, muy apegados nostálgicamente a su débil y vulnerable infancia, toman partido por los débiles y vulnerables corderos y se dedicarán a perseguir para juzgar y condenar a los lobos;

— otros, muy apegados a su actual coyuntura, a las circunstancias que les toca vivir en el presente, se dedican a observar, estudiar y copiar a los lobos, para aprender cómo se hace para alimentarse de los corderos, que, en este caso, equivale a decir, cómo hacer para utilizar en su provecho a los nostálgicos infantiles.

Pero los corderos humanos cuentan con una ventaja que no tienen los corderos lanudos: La legislación, el sistema judicial y la policía, evitan que el aprovechamiento los ponga en riesgo de vida o sea exageradamente abusivo.

Por alguna característica humana que desconozco, existen pocos hombres-lobo y muchos hombres-cordero que se corresponderían con los ricos y pobres, respectivamente.

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9 comentarios:

Isabel dijo...

Así como tú lo planteas, prefiero seguir siendo una mujer-cordero.
Meee parece más propio de mi especie.

Damián dijo...

Claro! El hombre no es el lobo del hombre; es le lobo del cordero!

Sandra39 dijo...

Considero que despreciar las características propias de nuestra especie es completamente contrario al instinto de conservación.
Los humanos hemos creado leyes, intentamos proteger a los más débiles, censuramos la crueldad. Ha sido el producto de milenios de cultura. No da para enorgulleserse porque aún tenemos muchísimas contradicciones, en esto de "ser humanos", y un larguísimo camino por recorrer.

Ma. Eugenia dijo...

Ud está diciendo que está previsto que el rico se coma al pobre, y que no vale la pena intentar cambiar las cosas?!

Gabriela dijo...

Nunca la legislación ha sido suficiente como para el aprovechamiento sea exageradamente abusivo.
Además con que sea abusivo alcanza, no?

Elena dijo...

Es una tremenda simplificación que falsea la realidad, afirmar que los pobres son débiles e infantiles, mientras que los ricos son o se comportan como personas fuertes y adultas.

Norton dijo...

Si vuelven a hacer una biblioteca en Alejandría, me encargaré de que quemen sus blogs.

Eduardo dijo...

Las características humanas que ud parece desconocer (hacer de cuenta que no existen) son la piedad, el deseo de hacer el bien, la capacidad de identificarse con el dolor ajeno, tener en cuenta al otro... En fin, no comportarse como un psicópata, para que quede claro.

Anabel dijo...

La interpretación que tú le das al hecho de la existencia de lobos y corderos parece ser que es:
1) se trata de una realidad que no tenemos que intentar modificar.
2) es deseable ser un fuerte lobo carnívoro, para sacar provecho de los demás.
LAMENTABLE LICENCIADO.