sábado, 26 de febrero de 2011

Raza, nombre y edad de su perro

Las personas fuertes siguen siéndolo si son humildes y las débiles siguen siéndolo si son arrogantes.

Cuando necesitamos pedir dinero prestado, buscamos ayuda con familiares, amigos o empresas financieras.

A estas tres personas podemos dividirlas en dos grupos:

— los que no se dedican a prestar dinero (familiares y amigos); y

— los que se dedican a aprestar dinero (bancos, tarjetas de crédito, cooperativas de ahorro).

Observemos estos detalles:

— 99 veces de cada 100, familiares y amigos tienen un patrimonio menor al de cualquier empresa financiera.

Dicho de otro modo, quienes no se dedican a prestar dinero tienen menos plata que los que sí se dedican a auxiliarnos financieramente.

— 90 veces de cada 100, familiares y amigos nos prestarán dinero sin cobrarnos intereses y 100 de cada 100 empresas financieras nos cobrarán algo más de lo que nos dieron.

— Los familiares y amigos se conforman con la información nuestra que ya poseen mientras que los bancos son casi impúdicos;

— Los familiares y amigos suelen no hacernos firmar algún documento ejecutable legalmente en caso incumplimiento. Los bancos nos harán firmar cuanto documento puedan necesitar para exigirnos judicialmente el cobro.

— Los expertos en prestar dinero, los que poseen patrimonio más grande, aquellos que se cansan de repetirnos que no dejemos de pedirle plata prestada, no solo caerán en la más absoluta indiscreción sobre nuestros datos personales, sino que podrán pedirnos garantías, referencias y demás recaudos de aseguramiento.

En suma:

1º) Quienes más riqueza tienen y más fuertes son, toman muchas precauciones porque se reconocen vulnerables;

2º) Quienes menos riquezas tienen y más débiles son, menos vulnerables se creen;

3º) Quienes más riquezas tienen, actúan con más humildad (se reconocen vulnerables), mientras que aquellos que menos tienen, actúan con más arrogancia (se creen invulnerables).

Conclusión: nos da más ganancia la humildad que la arrogancia.

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7 comentarios:

Mirna dijo...

Existe otra posibilidad: el familiar o amigo presta dinero teniendo en cuenta que quizás no le será devuelto. Por qué se arriesga? Puede que desee quedar bien con la otra persona porque necesita su amor, amistad, etc. Da porque espera recibir otras retribuciones mas allá de las económicas. Refuerza la imagen que tiene de si mismo, como persona generosa, dispuesta a dar una mano. Se identifica con las dificultades del otro, se ha visto en situaciones similares y ayudar al otro es alimentar la esperanza de que alguien podría ayudarlo si volviera a estar en esa situación.

Norton dijo...

No se puede poner en riesgo el trabajo. Sí se puede poner en riesgo el dinero prestado.

Graciana dijo...

Dos o tres veces podés prestar dinero y que no te lo devuelvan. Luego dejás de prestar. En este tipo de situaciones no se tropieza demasiadas veces con la misma piedra.

Gabriela dijo...

No nos da más ganancia la humildad. Nos da más ganancia la precaución.
Creo que las instituciones financieras son precavidas, se cubren. Utilizar la palabra humildad para describir la situación, me parece excesivo.

Sandra39 dijo...

El arrogante obtiene ganancias parciales, siempre que no se le note demasiado la arrogancia. Por lo general los arrogantes son expulsados del grupo.

Laura dijo...

Tomar conciencia de la propia vulnerabilidad lleva dolor y años.

Elena dijo...

Que la financiera cobre intereses es la condición necesaria para que tener una financiera sea un negocio.
El familiar o amigo que una vez prestó dinero, no se dedica a eso. Obtiene sus ingresos de otra fuente. Si cobra intereses las pocas veces en su vida que presta dinero, ganará muy poco. Desde el punto de vista económico no es rentable. Desde el punto de vista afectivo es desastroso; perderá por tacaño.