El dinero suele estar en poder de quienes tienen el talento, la fuerza y la actitud para conseguirlo y conservarlo.
Las sociedades nos organizamos de ciertas formas y no de otras.
Esta obviedad sólo pretende reafirmar que, aunque no sea digno de mención, tenemos ciertas prohibiciones y autorizaciones tácitas.
Por ejemplo, nacemos con derecho a que los adultos (y en último caso, el estado) cuiden de nuestra vida y salud, a que nuestros padres se hagan cargo de nuestros gastos, a ser educados.
Por ejemplo, nacemos con la prohibición de contraer matrimonio, conducir ómnibus y portar armas de fuego.
¿En qué grupo está el tener y portar dinero?
Seguramente en el segundo, junto con la autorización
— a casarnos sin necesitar el consentimiento de nuestros padres,
— a conducir ómnibus siempre y cuando aprobemos algunos exámenes de aptitud, y
— a portar armas de fuego, siempre y cuando demostremos idoneidad para usarlas e inevitable necesidad de tenerlas.
Este artículo procura señalar un hecho poco comentado.
La organización social no es clara a la hora de autorizar o no a que un ciudadano posea y use dinero.
Está claro que una herencia sólo puede administrarse cuando se llegue a la «mayoría de edad» (dieciocho años en casi todos los países); está claro que un menor de edad no puede participar en juegos de azar porque si lo hace tendrá problemas en cobrar lo que pudiera ganar.
Los colectivos hacemos un chequeo muy rudo (violento, depredador, salvaje) para determinar qué adultos podrán poseer y portar dinero.
Simplemente permitimos (toleramos, hacemos la vista gorda) las acciones abusivas logrando de esta forma que si alguien no sabe tener y usar dinero, lo pierda a manos de otros agentes económicos que difícilmente castigaremos por apropiarse de aquellos bienes que no sean celosamente custodiados por su dueño.
●●●
10 comentarios:
Será realmente que los que no tienen dinero es porque no saben usarlo? (hablando de adultos normales)
No podemos seguir haciendo la vista gorda.
Los que somos como yo, niños prodigio, deberíamos manejar dinero desde los cinco años.
Mi novio me custodia celosamente, por eso ningún otro se apropia de mí.
Es una pena.
Ahora tenés novio Maruja? No era que estabas casada?
No... eso ya fue. Lo que pasa es que no le dije a nadie que nos habíamos divorciado, por las malas lenguas, viste.
Mi tía no me deja usar las tacitas de mi abuela. Es una prohíbición tacitas.
Las formas en las que no nos organizamos las sociedades... puede que estén buenas.
Me revienta que el estado quiera cuidad de mi salud cuando yo no quiero.
Fuera de las ciudades, cualquier pibe porta armas de fuego.
Publicar un comentario