martes, 8 de noviembre de 2011

La inocencia de quien roba a un ladrón

Existe una especie de «cadena de robos» (explotación, abuso), donde quienes vendemos «commodities» somos un «eslabón» más.

La palabra inglesa «commodity» también es usada por quienes hablamos español.

Se denomina así a la materia prima difícil de diferenciar pues son casi idénticos el petróleo venezolano y el de Arabia, el trigo argentino y el mexicano, o las bananas brasileras y las de Ecuador.

Esa dificultad para diferenciarlos hace que su precio sea casi el mismo en todos los mercados.

Yo supongo, basado exclusivamente en razones fonéticas, que el vocablo «commodity» significa «común» [common], es decir, «lo que no está diferenciado», lo que no es raro.

Pero también supongo otra cosa y es que «commodity» está vinculado lingüísticamente a «accommodation», es decir, «un lugar donde vivir».

Probablemente no sea casual (aleatorio, azaroso, fortuito) que en los países productores de alimentos y minerales (commodities), también padezcamos una mala distribución de la riqueza.

Si no es por mala suerte (casualidad) que los países productores de materias primas tengamos la peor justicia distributiva, entonces llegamos al lugar donde también ha llegado el sentido común: algo estamos haciendo mal los pueblos.

Naturalmente, quien piensa que existe el libre albedrío tratará de buscar culpables.

Quienes creemos en el determinismo podemos suponer que la misma naturaleza que ha puesto en nuestros territorios la generosidad de una tierra fértil y de un subsuelo rico, puso pueblos adaptados a una especie de «paraíso» («accommodation»), desmotivados para agregar mano de obra diferenciadora que le aumente el valor a sus productos exportables.

En suma: Si abandonamos las hipótesis de culpabilidad que sólo nos han traído gobiernos militares, persecuciones y dictadores, es natural que los vendedores de «commodities», que no hacemos más que «robar» lo que produce u oculta nuestro suelo, quedemos expuestos a que otros nos «roben» (exploten) sin que podamos evitarlo.

Artículo vinculado:

Ignorar para no sentirse culpable


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10 comentarios:

Gabriela dijo...

Para quienes venden la materia prima es un gran negocio. El que se perjudica es el país, sus habitantes en general. Pero mientras siga siendo rentable para los grandes capitalistas, las grandes corporaciones multinacionales, esto va a seguir. Es un hecho que nuestros gobiernos siguen abriéndose de piernas.

Sandra39 dijo...

No nos venga a decir que nosotros le robamos a nuestra tierra. Los que hacen eso son unos pocos. Acá hay víctimas y victimarios. No verlo es negar la realidad.

Ernesto dijo...

Y mientras las víctimas no se organicen y sigan permitiendo que se haga lo que ellos quieran, las cosas van a seguir igual. Todos tendríamos que asumir nuestra cuota de responsabilidad, Sandra.

Ana Clara dijo...

Cómo es eso de que las hipótesis de culpabilidad nos han traído gobiernos militares?!
Qué afirmación más exótica.

Cacho dijo...

Yo no vendo ningún commodities; ni garrapiñadas vendo!

Ignacio dijo...

No tenemos a quien votar para que dejen de robarnos. A no ser partidos tan minoritarios que votarlos sería como tirar el voto.

Oriente dijo...

No se trata sólo de votar bien, Ignacio. Hay que profundizar en el tema y difundir. Usar las redes sociales para algo más que pedir ladrillitos para construir el pueblo del jueguito tonto y poner corazoncitos.

Ignacio dijo...

Siempre que te quede tiempo extra después de ocuparte de tus cosas. Esas que si vos no te ocupás no se ocupa nadie.

Oriente dijo...

Las cosas que nos afectan a todos, también son nuestras cosas. Y no seas malo, somos especialistas en perder el tiempo.

Adriana dijo...

Sin embargo países como EEUU tienen todo tipo de recursos naturales y no por eso quedaron desmotivados para desarrollar su industria.