Nos avergüenza pedir para ser empleados porque nuestra fantasía nos hace creer que merecemos ser patrones, dueños, presidentes, reyes.
El acto de pedir que contraten nuestra colaboración es una señal inequívoca de que no somos tan grandiosos como estábamos creyendo.
Buscar empleo es como despertar de un dulce sueño. Es comprensible que pongamos todos los obstáculos posibles para que no se produzca tan frustrante despertar. Actuamos como los niños que al final del recorrido del juego en el parque de diversiones, hacen una gritería atronadora porque no quieren bajarse.
La actitud de este niño escandaloso es la más transparente, sincera, genuina. Los adultos no podemos tener un berrinche sino que tenemos que apelar a acciones más disimuladas. Una de ellas es buscar infructuosamente. Nadie nos necesita. Enviamos muchos curriculums y nadie se interesa por nuestro ofrecimiento. Tan disimuladas pueden ser estas acciones que ni el mismo candidato se da cuenta cómo está postergando el despertar.
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18 comentarios:
confieso que me da mucha bronca soportar a la hija del dueño que es 21 años menor que yo.
No me gusta pensar eso de que no quiero encontrar trabajo. Más bien pienso que ud está equivocado y que es injusto con todos los que no tenemos suerte.
Esto me recuerda a mi hermana que me parece que es medio lesbi y que nunca encuentra a un chico que le conforme. Si se atreviera a decirle a mis padres qué le gusta en realidad, éstos dejarían de presionarla y causarle tantos enojos que cada vez parece más vieja y a penas tiene 23.
ahora ya no pero cuando terminé los estudios me dio mucha verguenza pedir que me dieran trabajo. me sentia un limosnero. ahora estoy contento con mis compañeros y sobre todo con las cosas que he podido comprar con mi platita.
Estos son los famosos duelos que tenemos que elaborar: Dejar de ser hijos únicos, dejar de tomar la teta, dejar la escuela, ... TENER QUE IR A TRABAJAR! puag!!
Los padres sentimos y hacemos sentir a nuestros hijos pequeños como los reyes del universo. Estando en ese lugar nos sentimos seguros y queridos. Después aceptar la realidad no es nada fácil. Pasamos a formar parte de la plebe sin anestesia, teniendo que aceptar además, que otros ocupen ese preciado lugar de rey.
Ese bebito me hizo acordar a Enrique Tarigo ¿se acuerdan?
¡Imaginesé lo que debe sufrir un niño prodigio cuando deja de ser niño!
Sé que muchas veces me he engañado a mi misma, haciendo como que buscaba trabajo. En realidad sólo estaba cumpliendo con la formalidad de enviar la currícula.
Algunas personas van a vender a la feria cosas imposibles de ser adquiridas por alguien. Si se los observa, se descubre que van y vuelven siempre con las mismas cosas. De todos modos defiendo esa manera de "trabajar". A veces hay que recurrir a esas representaciones para demostrarse ante sí mismo y los demás con disposición y evitar el rótulo de indigente.
Algunos de los estudiantes que siguen una carreta universitaria logran posponer el sueño por más tiempo y adjuntarle otro, que es imaginarse saliendo de bedelía con el título y una cartera de clientes que aparecerán por arte de magia, a solicitar nuestros servicios.
¿Cuál es la fantasía de los patrones, dueños, presidentes y reyes?
Me parece que vengo pidiendo muy poco. Ya hace mucho que acepté ser empleada e incluso realizar tareas que están por debajo de mi potencialidad.
Mi sueño es ser tan grandioso que los demás pidan hora para consultarme y tengan que esperar dos meses para verme.
Como no puedo hacer berrinches me desmayo y enseguida están todos encima dándome aire.
Buscar empleo no es sólo despertar de un dulce sueño. Es entrar de lleno en una pesadilla.
Los políticos que no quieren despertar siguen presentándose como candidatos aunque no los vote ni la madre.
Los que se postulan para un puesto de trabajo se ponen colorados.
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