Flotando junto con otros en un mar de refranes, sentencias, aforismos, máximas y demás saberes condensados, hay uno que se le atribuye a un imaginario sacerdote y que dice «Haz lo que yo diga pero no lo que yo haga».
La recomendación sugiere con malicia anticlerical que los curas no predican con el ejemplo sino todo lo contrario. No trabajan, se dan todos los gustos y sexualmente detentan una incontenible actividad.
Sin embargo podemos encontrar en esta situación algo muy humano y comprensible.
Ellos son la parte tangible de un fenómeno absolutamente intangible. Su forma de vida se basa en la difundida creencia de que existe un ser superior (Dios) que interactúa con los humanos usando a la iglesia como la intermediaria oficial.
Pero no es ésta la única forma de vida que depende de algo imposible de demostrar y donde predomina un pensamiento mágico propio del ser humano más primitivo.
Todos los institutos de enseñanza, las empresas de asesoramiento y la gran cantidad de libros técnicos que se comercializan día a día, responden a la sentencia: «Haz lo que yo diga pero no lo que yo haga».
Efectivamente, es un hecho demostrado que «los conocimientos se compran pero que los artes y oficios se roban».
Quienes realmente quieren ganar dinero con un cierto arte u oficio, deberán contar con ciertos conocimientos básicos pero la habilidad para vender esa destreza y poder vivir de ella surge de la experiencia propia, de superar fracasos, de correr riesgos, de insistir, de tener paciencia y de un poquito de suerte.
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17 comentarios:
Tuve un sacerdote que lo sigo queriendo como a un hermano. Él también decía lo de "haz lo que yo diga..." pero el significado era al revés. Él me alentaba a que gozara de la vida, a que siguiera mi verdadera vocación, que no copiara nunca a nadie. Ni a él ni a los demás. Él se llamaba Pascual Saavedra y deseo de todo corazón que Dios lo tenga en su gloria.
Estoy muy decepcionada con la Iglesia Católica. No son lo que yo pensé que eran. Han ocurrido hechos de público conocimiento que me han tirado el alma al suelo.
Cuando salí del instituto donde me enseñaron diseño gráfico, pensé que en poco tiempo tendría dinero para cancelar muchos deseos largamente postergados. Recién ahora que hace más de 11 años que estoy en esto podría decir que tengo una cierta estabilidad económica gracias a mi trabajo.
Si tuviera que informar qué fue lo mejor que me dio la academia donde aprendí lo que hago, diría que fue la disciplina de cumplir con obligaciones que me fueran impuestas (como ahora hacen los clientes conmigo) y de aprender a convivir con otras personas (como tengo que hacer con los otros colegas).
Mis padres ya no saben cómo pedirme que no fume y veo cómo se amargan porque ellos no pueden dejar de fumar.
Muchos curas no predican con el ejemplo, en realidad sujetan.
Cuando hice la Primera Comunión me convidaron con un vino muy rico que se llama La Sangre de Cristo.
Prefiero comunicarme con Dios sin intermediarios.
El pensamiento mágico será primitivo pero es re-glamoroso.
Las sentencias y máximas están para incumplirse porque no te multan.
¿dónde es que se estudia para sacerdote?
Ya que los sacerdotes son la parte tangible, deberían dejarse tocar.
La verdadera carrera empieza cuando te recibís pero en ese momento la mayoría somos unas carretas.
Cuando nos casamos lo hacemos creyendo que existe una entidad superior: la familia. ¡Vaya creencia intangible!
Para poder vivir de tu destreza te tenés que destrozar!
Dios usa a la iglesia como intermediaria porque nunca da la cara.
Si los alumnos hiciesen lo que hacen los profesores tendrían que enseñar.
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