jueves, 21 de agosto de 2008

La riqueza y la aspirina

Al menos en Argentina y Uruguay existe la expresión popular «jugar por algo que duela» para significar que el perdedor deberá desprenderse de algo con valor económico. Por ejemplo, los perdedores de un partido de fútbol amistoso pagan la comida de todos los participantes.

Si perder en un juego es doloroso en sí mismo, cuando existe este acuerdo entre los contendientes se duplica el riesgo y por lo tanto el estrés, la preocupación y el interés por ganar.

Pero también existe la reacción inversa: Algunas personas prefieren no participar en una competencia «por algo que duela». Su rechazo a cualquier tipo de padecimiento los mantiene alejados de toda actividad que incluya la referida amenaza.

Una regla natural del capitalismo es que la ganancia siempre está asociada al riesgo. Cuando el riesgo es alto, se puede ganar más y perder más. Cuando el riesgo es bajo, se puede ganar menos y perder menos.

Con algunas modificaciones, un juego amistoso tiene semejanzas con las actividades económicas desarrolladas cotidianamente para solventar nuestros gastos básicos (alimentación, vestimenta, alojamiento, etc.). La diferencia es que SIEMPRE se trabaja «por algo que duela».

Nuestro salario (cuando trabajamos para un empleador) o nuestra ganancia (cuando trabajamos por nuestra cuenta), tendrán un valor proporcional a cuánto estemos dispuestos a padecer el dolor de perder.

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17 comentarios:

Anónimo dijo...

No me molesta pagar una comida pero perder a cualquier cosa me pone el humor del demonio por días. Se ve que soy más necio que amarrete ¿no?

Anónimo dijo...

Ud está diciendo con otras palabras (más populares, quizá)lo que pregona el psicoanálisis en cuanto a que la clave del éxito en la gestión de la vida está en aceptar la castración.

Anónimo dijo...

Para mí que existe un domador de personas que es invisible y que nos está ordenando lo que quiere que hagamos, entonces cuando hacemos las cosas bien nos pone en la boca un terroncito de azúcar (o cualquier situación placentera) y cuando hacemos las cosas mal nos pega con el látigo (o nos pone en cualquier situación dolorosa).

El domador podría ser Dios, el Diablo, Cupido, o cualquier personaje muy poderoso pero a su vez invisible.

Anónimo dijo...

En el capitalismo hay dos cosas que suelen repetirse casi como una ley: para tener un cierto dinero tenés que trabajar mucho y esperar muchos años. La mayoría de los que están económicamente bien, ya tienen canas.

Anónimo dijo...

Cuando niña casi todo lo hacía con mucha fuerza de voluntad, tenía un sentido del deber y una responsabilidad más allá de lo esperado para mi edad. Ahora siendo adulta, me pasa todo lo contrario. Si no tengo motivación, no hago nada.

Anónimo dijo...

Me aguanto el dolor de perder si el camino recorrido en busca del triunfo valió la pena.

Anónimo dijo...

Animarse a tener un vínculo afectivo importante con otra persona te pone en riesgo de sufrir mucho.

Anónimo dijo...

Me hizo acordar al juego de las prendas, el que pierde tiene que hacer cosas humillantes.

Anónimo dijo...

Los riesgos son el condimento de la vida. Por más placentera que pueda planificarse una vida, si no hay lugar para los imprevistos, se vuelve tediosa.

Anónimo dijo...

Cuando me pongo a pensar el riesgo que asumí al decidir tener un hijo_ ya que puedo perderlo en cualquier momento_ me da vértigo.

Anónimo dijo...

Mi trabajo me gusta, tengo esa suerte, por lo tanto trabajar no me duele porque le dedico mi tiempo a lo que quiero.

Anónimo dijo...

Por más vocacional que se sea, como el caso de Ernesto, igual tenés que esforzarte y perder cuando trabajás. Aunque trabajes en lo que te gusta, es seguro que no te gusta sólo una cosa o al menos, no sólo esa cosa todo el tiempo. Así que el esfuerzo que hay que hacer para tener regularidad en una actividad, está siempre presente.

Anónimo dijo...

Estoy enterada de que en vuestro país se celebra la Noche de la Nostalgia. Ustedes los rioplatenses parecen ser muy sensibles con lo que ya pasó, lo que se perdió, lo que nunca volverá a ser.

Anónimo dijo...

Le aseguro que todo lo que hago para solventar mis necesidades básicas no se parece en nada a un juego "amistoso".

Anónimo dijo...

Soy odontólogo y para trabajar por algo que duela saco una muela.

Anónimo dijo...

Hace 15 años que le juego al 5 de Oro y nunca acerté mas de 4 cifras. No me quejo, pero considero que ya pagué-sufrí bastante como para ganar.

Anónimo dijo...

Cuando me da miedo jugármela por algo, me ayuda pensar en lo que dicen algunos de los guerrilleros que perdieron frente a la dictadura en mi país:"viví la vida intensamente"