viernes, 8 de agosto de 2008

Me muero por pasar una noche conmigo

El instinto de conservación debe ser el más fuerte y mejor desarrollado de todos los instintos de cualquier especie.

En la cultura se viene repitiendo que todos los adjetivos que empiezan por la partícula ego- son negativos: ególatra, egoísta, egocéntrico y algún otro que se me escapa.

Pero estas características responden al instinto de conservación que es el mejor desarrollado de cualquier especie. ¿Cómo se entiende esta paradoja?

Se entiende porque hay un conflicto entre el instinto de conservación de cada uno con el de los demás. Como los recursos son limitados y las necesidades y deseos son ilimitados, entonces entramos en competencia y de acá surge la sensación de que todos (excepto yo) son egoístas, egocéntricos, etc.

La vida funciona de tal manera que todos nos tenemos que frustrar un poco para poder seguir viviendo. Aunque no quiera tendré que hacer algo en beneficio ajeno para que éste me dé algo que de otra manera yo no podría conseguir.

Aunque algunas personas pongan cara de alegría cuando construyen una casa que habitará otro, o cuando conducen un ómnibus repleto de trabajadores que regresan a sus hogares, o cuando tienen que estar cuatro horas parados operando un corazón, en el fondo todos quieren estar tirados entre almohadones mullidos, con alguien que los abanique, los entretenga, los diviertan, los masajeen, o les digan cuan inteligentes y bellos son.

Estas satisfacciones frustradas son inevitables. Protestar contra estas molestias es tan inútil como juntar firmas para derogar la ley de gravedad.

●●●

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy convencida de que la vida tiene sinsabores pero una se queja cuando estos exceden el límite de lo tolerable. Por lo menos a mí me pasa que quejándome me alivio. Aunque esté sola y nadie me esté escuchando. It works!

Anónimo dijo...

El que no llora no mama. Esta sí que es una ley más efectiva que la de gravedad.

Anónimo dijo...

La ley de gravedad me resulta muy atractiva. jajaja

besop

Anónimo dijo...

Debo ser un raro porque me divierto mucho manejando mi camión y no me canso casi nada. Cuando tengo sueño, me acuesto en la misma cabina que es más cómoda que un hotel. Siempre ando solo, casi nunca tengo que hablar ni escuchar: cargan el camión, firmo un papel, y me voy; descargan el camión, me firman un papel y me voy. Tengo miedo de ser más feliz.

Anónimo dijo...

Trabajo como enfermera en dos sanatorios. Doce horas para una mujer es mucho pero mi marido se fue con una más joven y nunca me ayuda con los niños ni yo quiero rogarle. Ya volverá cuando sea viejo y le aplastaré la cara de un portazo.

Anónimo dijo...

Esto de la vida entre almohadones y negros abanicando me llevó a ver nuevamente el vídeo de Michael Jackson 'Remember the time', con la participación de Eddie Murphy. Excelente!!

Anónimo dijo...

La vida es una tranza.

Anónimo dijo...

Tengo un reflejo condicionado: cada vez que me dan algo gratis, miro para atrás. ¡Seré desconfiada!

Anónimo dijo...

La cara de alegría que pone el trabajador voluntario, refleja su placer al imaginar las recompensas del más allá.

Anónimo dijo...

En todas las relaciones humanas aparece el conflicto de intereses. Cuando no media LA JUSTICIA como institución, los individuos nos guiamos por el instinto de conservación.

Anónimo dijo...

No estoy dispuesto a trabajar por una paga indigna.

Anónimo dijo...

¿Si no hago nada por el bien común no puedo exigir? ¡Yo pago mis impuestos!

Anónimo dijo...

El instinto de conservación del norte suele ser más fuerte que el del sur.

Anónimo dijo...

Mientras exista una sola persona en el mundo que viva sin trabajar, el resto vamos a seguir exigiendo que se derogue la ley de gravedad.

Anónimo dijo...

Quisiera ser un mendigo como mi hermano para no dudar de todos los que se acercan a mí.

Anónimo dijo...

Mi instinto de conservación ha entrado en contradicción con el de las generaciones futuras

Anónimo dijo...

Yo no tengo la culpa, sucede que mi miedo se juntó con el instinto de conservación y de paso llamó al egoísmo.

Anónimo dijo...

Mis contrincantes luchan por su vida ¡no lo puedo creer!

Anónimo dijo...

El instinto de conservación se fortalece en épocas de guerra...que macana tener que llegar a tanto.