domingo, 3 de agosto de 2008

Querer, poder, deber

¿Qué es el instinto maternal? Algo que sienten las madres cuando el niño aún es vulnerable pero que luego va disminuyendo hasta convertirse en un afecto especial, dependiendo su intensidad de cuanta afinidad exista entre una persona y la otra.

Es un afecto especial porque un hijo —y ahora ya me refiero a madres y padres— es una persona que tiene algo nuestro. En términos más románticos se dice que «lleva nuestra sangre». Como por el instinto de conservación amamos todo lo que sea nuestro, entonces amamos especialmente a quien posee algo nuestro.

A pesar de que existe esta fuerza de la naturaleza apoyando la creación y mantenimiento del vínculo, la ley reglamenta ciertas obligaciones que los padres (ambos) tienen que cumplir con sus hijos (sustento, protección, cuidado de la salud, educación).

Si existen leyes —y sanciones que castigan su incumplimiento—, debemos dar por verdadero que no todas las personas cuidan a sus hijos como se espera.

Enterados de que los padres no necesariamente atienden a sus hijos como es debido, queda permitido deducir que cuando no existe la relación familiar los vínculos pueden ser aún más fríos, indiferentes, distantes.

Estas reflexiones tan obvias sólo están acá para darle un marco a otra idea que es menos visible: no podemos esperar que ni nuestro empleador, ni nuestros clientes, ni nuestros proveedores, ni nuestros profesores, ni nuestros gobernantes, etc., etc., se preocupen por nosotros más de lo que algunos padres de preocupan por sus hijos.

Por lo tanto, las reclamaciones de desapego que solemos hacer podrían ser una pérdida de tiempo por estar fuera de lugar.

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17 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra vez comento acá que tengo la fantasía de tener sexo con una policía o una soldado y quitarle el uniforme despacito.

Anónimo dijo...

La naturaleza es machista y no pierdan el tiempo dudando de esto. Tenemos que defendernos primero de la naturaleza y después de los hombres que al final no dejan de ser un producto de la educación que le damos las madres.

Anónimo dijo...

No sé como evaluarme porque desde que tengo un hijo, soy padre y madre a la vez.

Anónimo dijo...

Quiero ser responsable con mi hijo porque lo quiero de verdad pero la madre lo predispone contra mí y me resulta casi imposible tener ganas de pasarle el dinero mensual y hacerle regalos porque el pobre niño me mira con odio.

Hay que ver un poco lo que pasa con las actitudes negativas de las mujeres, que primero se quejan, se hacen las víctimas pero sólo saben causar problemas porque están llenas de odio, despecho y resentimiento.

Anónimo dijo...

Hace años que no espero nada de nadie excepto de mi misma. Me cansé de las promesas de los políticos que sólo dicen lo que los más ingenuos quieran escuchar.

Anónimo dijo...

Además de la sangre, nos une a nuestros hijos la historia vivida en común. Esta suele ser especialmente intensa por toda la responsabilidad que se deposita en el rol de madre y en el de padre.

Anónimo dijo...

Antes esperaba de mis congéneres un tratamiento cordial, amigable, afectuoso, desintersado. Desde chiquita me habían enseñado en los libros de cuentos y en la tele, que existían los malos. En esa época era fácil descubrirlos y simplemente una se apartaba. Después los límites entre el bien y el mal se fueron haciendo más borrosos.

Anónimo dijo...

Además de la sangre, nos une a nuestros hijos la historia vivida en común. Esta suele ser especialmente intensa por toda la responsabilidad que se deposita en el rol de madre y en el de padre.

Anónimo dijo...

Antes pensaba que los malos eran los antipáticos.

Anónimo dijo...

Cuando alguien a quien no me une la sangre ni la historia de vida, se porta bien conmigo, se valorarlo y si es posible lo convierto en mi amigo.

Anónimo dijo...

Muchas veces los empleados nos comportamos con nuestros superiores como niños caprichosos y exigimos cosas que están fuera de este mundo.

Anónimo dijo...

Nuestra sociedad castiga mucho más duro a las madres que no cumplen que a los padres.

Anónimo dijo...

La afinidad que se tiene con un hijo es muy importante para la relación. Tengo dos hijos, uno adoptivo y otro biológico. Me entiendo mucho mejor con el adoptivo.

Anónimo dijo...

Tú chaval!! Devuélveme lo que me has quitado.

Anónimo dijo...

Mis proveedores se comportan conmigo como si estuviésemos en plena guerra fría.

Anónimo dijo...

En el liceo los chicos identifican a los profesores con sus propios padres. Por eso les hacen la vida imposible.

Anónimo dijo...

el instinto maternal es algo que tienen las otras especies.