jueves, 27 de noviembre de 2008

Amores clandestinos

Si el abuelo está comprometido a llevar y traer del colegio a sus nietos, esto le hace acreedor a una cierta consideración por parte de los padres de los niños que encuentran en él una valiosísima colaboración.

Sin embargo el abuelo, que se jubiló (en realidad «lo jubilaron») porque la experiencia ha demostrado que después de cierta edad los trabajadores bajan drásticamente su rendimiento y las remuneraciones que perciben ya no están a la altura de su productividad, asume una tarea que le es pagada con afecto.

Diariamente la hija le dice: «gracias papá, ¿andas bien? ¿necesitas algo? ¿cómo está mamá?»; o es el yerno quien le dice: «gracias don Roberto, ¿anda bien? ¿vio que su cuadro de fútbol nunca puede ganarle al mío, ja-ja-ja? Hasta mañana».

Los supermercados, que trabajan con grandes superficies de exposición y venta, con miles de artículos y miles de clientes, observando situaciones como éstas han inventado un sistema de premiación por puntos que se van acumulando en proporción a las compras que hace el abuelo (o cualquier otra persona).

Portarse bien con un supermercado consiste en comprarle todo lo necesario (y si es posible también lo innecesario). Portarse bien con la familia es hacer favores y ayudar ‘desinteresadamente’.

En la psiquis de don Roberto se establece una comparación inevitable: En un caso ‘trabaja’ gratis y en el otro ‘le pagan por comprar’. Esto logra que en esa psiquis exista un conflicto: El supermercado compite con la hija por obtener los favores de don Roberto, pero ella le paga con un intangible (el afecto) y el supermercado le paga con algo tangible (los regalos que puede retirar cuando haya acumulado suficientes puntos).

Está terminantemente prohibido pensar en este conflicto, es moralmente condenable comparar a una hija con el supermercado, es pecado mortal comparar el afecto intangible con los regalos tangibles, sin embargo nuestra afectividad está todo el tiempo practicando estas actividades clandestinas.

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24 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser viejo es una porquería que no tiene nada a favor. Le tengo terror a la longevidad y los viejos me parecen gente mezquina con la vida.

Anónimo dijo...

En el futuro habrán planes de muerte programada. Consistirá en que el usuario comenzará a sentir ganas de morirse cada vez mayores y un cierto día, pasará de un sueño a otro, sin dolor, sin miedo, felizmente.

Anónimo dijo...

De ud o yo, uno está loco. Jamás tuve duda entre los regalos y el afecto. Éste es vital e incorruptible. El primero es ilusorio, deteriorable, despreciable.

Anónimo dijo...

Ud es insidioso. No sé qué gana con eso. Por algo lo hace. Ni me pregunto cuánta razón pueda tener. Es insidioso y PUNTO. (y no anule este comentario si es que está tan seguro de lo que piesan) Lo estaré vigilando.

Anónimo dijo...

Acá hay algún problema que no sé cuál es pero no me gusta.

Anónimo dijo...

Supongo que los veteranos agradecen que uno les dé tareas porque si no se sienten inútiles, se deprimen y se mueren antes. A los adultos nos sirve y a ellos también.

Anónimo dijo...

Es probable que no exista tal conflicto entre los regalos empresariales y los favores voluntarios. En mi cabeza 'viven' separados y no se pelean.

Anónimo dijo...

Los profesionales del marketing deberían poner un instituto de enseñanza de psicología porque saben de la gente mucho más que los psicólogos.

Anónimo dijo...

Lamento contrariar a los colegas comentaristas pero en mi caso pasa lo que dice el artículo y con un agravante: Mi hijo suele pedirme los golden de mi tarjeta de comprador habitual para poder cumplir con algún compromiso social justo en un momento en que sus finanzas andan mal. O sea que lo regalos que yo me gané también los disfruta él... y bueno, yo lo crié así. La culpa es mía y de nadie más.

Anónimo dijo...

Para mí que los desinteresados no existen. Son como los que se tiñen las canas.

Anónimo dijo...

El valor de los regalos que nos hacen las grandes tiendas fue pagado por nosotros. En realidad lo que ellos llaman regalos son compras obligatorias que terminamos haciéndoles. Admiro a la gente que sabe engañarme dentro de la ley.

Anónimo dijo...

Estoy un poco de acuerdo con Lumaconi y además esos 'regalos' siempre hay que retirarlos porque si son 'compras hechas por nosotros' no retirarlos es como si las dejáramos de regalo nosotros al supermercado.

A mi me recontra-calienta. No me gusta que me engañen ni dentro ni fuera de la ley.

Anónimo dijo...

Todas las normas que indican un "deber ser" de los sentimientos, señalan con luces rojas e intermitentes aquello que efectivamente no sucede espontáneamente.

Anónimo dijo...

Si el abuelo está comprometido a llevar y traer a sus nietos del colegio, tiene el día partido en tres.

Anónimo dijo...

Me parece que a ese abuelo no le agrada demasiado la paga afectiva a su tarea.

Anónimo dijo...

Si su afectividad vive en la clandestinidad, problema suyo, no nos lo atribuya a todos!

Anónimo dijo...

El problema con mi yerno es que ante la primera discusión, te borra todos los puntos acumulados.

Anónimo dijo...

El abuelo Roberto no tiene conflictos clandestinos. Mientras los nietos están en el colegio acumula puntos en el supermercado.

Anónimo dijo...

Nos gusta que el abuelo nos lleve a la escuela porque nos compra en secreto papitas para la merienda.

Anónimo dijo...

Llevo a los nietos al colegio porque es una buena escusa para tener contacto diario con ellos. No necesito la paga afectiva, no soy empleado de mi hija y ni de mi yerno. Funciono como una unipersonal, elijo en donde quiero invertir.

Anónimo dijo...

Don Roberto puede exigir, en el momento oportuno, una paga afectiva más tangible que el "¿cómo andás papá?" . Le recomiendo que responda más a menudo a la supuesta pregunta retórica "¿precisás algo?" . Clávese ahí y dele de punta!. Dígale todo lo que precisa y exíjalo. Verá que pronto contratan un transporte escolar para los niños.

Anónimo dijo...

Odio acumular puntos. Me obligan a pagarme regalos que no quiero hacerme. ¡Cómo puede ser que esto funcione para estimular las ventas!

Anónimo dijo...

Ya que llevo y traigo todos los días a mis nietos a la escuela, aprovecho y hago transporte escolar. Saqué los permisos y va todo joya. El secreto está en no complicarse con muchos clientes, me conformo con sacar unos pesitos.

Anónimo dijo...

¿A qué viene lo de las comillas en "desinteresadamente"?¿Usted sólo hace cosas por interés?Los hijos,sienten por el abuelo una "cierta consideración" solamente?Lamento que su percepción de la familia sea tan pobre,pero supongo que tendrá la única percepcion que conoce,lo lamento por usted.