lunes, 10 de noviembre de 2008

Las molestias lucrativas

El cerebro humano tiene muchos defectos de funcionamiento, siendo el más importante el que no se da cuenta cuán impefectamente funciona.

Ya he comentado qué es la metonimia (confundir el todo con una parte de éste, condensar en un detalle las cualidades de la totalidad). Este defecto nos hace pensar que si perdimos un examen entonces «somos malos estudiantes», si un atleta jamaiquino batió un record corriendo pensamos que en ese país la gente es muy veloz; si al día siguiente de comer algo delicioso tenemos malestares digestivos, supondremos que aquella comida no deberemos seguir comiéndola; etc.

La naturaleza se vale del dolor y del placer para que cada individuo actúe procurando la supervivencia suya y de la especie.

El hambre produce malestar que nos impulsa a comer. Comer nos da placer hasta que comemos en exceso y este nuevo malestar nos impone dejar de comer. El cansancio nos produce dolor y buscamos alivio descansando. El placer sexual produce en varios casos la reproducción y las dificultades en mantener una prole numerosa nos impone un control de la natalidad.

La cultura altera en parte esta lógica imponiendo molestias beneficiosas. La obtención de recursos materiales para cumplir el mandato de la naturaleza de conservarnos personal y colectivamente, hace que debamos soportar las molestias de complacer al prójimo para que éste sea nuestro cliente.

Acá deberemos superar la reacción natural de rechazar el dolor y deberemos aprender a tolerarlo. Las reglas de juego de nuestra sociedad nos obligan a disciplinarnos para poder superar el impulso natural de rechazar airadamente a quien nos pide que hagamos algo para él.

No todos lo logran y los que no lo logran suelen padecer la pobreza de recursos materiales. Por no poder soportar la molestia de esforzarse por intereses ajenos (aliviarle el dolor a otro), se someten a penurias económicas que a veces son más dolorosas.

El defecto mental de la metonimia actúa cuando generalizamos la consigna «evitar el dolor» y suponemos que nunca debemos sacrificarnos, esforzarnos, aceptar el dolor, ni aún cuando se presenta como una inversión que nos dará ganancias que lo justifiquen.

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21 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces pienso que ud es una persona muy arrogante que se cree dueño de la verdad. Otras veces pienso no es así pero que no le importa nada lo que los demás opinemos de ud.

Anónimo dijo...

Los que saben jugar ajedrés pueden pensar más de una posible jugada futura. Es muy difícil pensar que pasaría si. Trabajar para otro equivale a imaginar que eso me repórtará un beneficio que me dará alegría.

Ni ser jugar al ajedrés ni sé ganarme clientes. Es más: los odio.

Anónimo dijo...

Un día lejano escuché una audición de radio que la agarré empezada y el hombre hablaba de dar, entregarse, esforzarse por el prójimo y me quedé escuchándolo porque coincidía su prédica con mis ideas religiosas. Sin embargo después me enteré que era alguien que decía todo eso como ética laboral, para poder hacer negocios, para ganar más dinero.

Anónimo dijo...

Después de ir 500 veces al médico porque me dolía una rodilla, él tipo me dijo medio fuera de sí: "¿Ud conoce la diferencia entre dolor y molestia?"

Nunca más me atenderé con un imbécil como ése.

Anónimo dijo...

El primer párrafo primero no lo entendí pero después me hizo cagar de la risa.

Anónimo dijo...

Lo que frena al placer sexual es el cansancio. Los razonamientos con respecto al nº de la prole se hacen antes o en el peor de los casos, después.

Anónimo dijo...

El cerebro humano tiene muchos defectos, siendo el más importante de nuestros órganos, no se da cuenta cuán imperfectamente funciona. A los más importantes les pasa eso de manera frecuente. Se los puede perdonar por ser los más importantes o al revés, castigar por ese motivo, con mayor dureza.

Anónimo dijo...

Tengo un problema de límites. Para que el organismo me diga ¡basta! tengo que darle duro y parejo.

Anónimo dijo...

Hay que soportar las molestias, tener esperanza, trabajar y seguir adelante. Usted pide mucho, lo más difícil es sostener la esperanza que te motive para lo demás.

Anónimo dijo...

Me gustó la idea del dolor como una inversión.

Anónimo dijo...

Algunos esfuerzos me gratifican mientras los hago y otros se vuelven insufribles. Creo que la diferencia está en que los primeros tienen para mí un sentido importante y los segundos no.

Anónimo dijo...

Lo que ud. expone en este blog apunta a la fuerza de voluntad conciente, mientras lo que aparece en "Relatos en Clave..." muestra las diferencias entre querer algo y poder hacerlo, diferencias que se explican a través del funcionamiento del inconciente.

Anónimo dijo...

Entiendo la libertad como la coincidencia entre el deseo conciente y el deseo real.

Anónimo dijo...

La cultura es como una tijera de podar que nos castra en cietas partes y nos favorece el crecimiento en otras. Siempre corta las ramas que habían llegado más lejos. Es una tijera niveladora.

Anónimo dijo...

¿Será que no me embarazo porque odio hacer la porquería?

Anónimo dijo...

Me pregunto cuáles serán las consecuencias de atrofiar el instinto mediante la humanización cultural.

Anónimo dijo...

Estoy desesperándome. Una muestrita de los frutos de esta inversión, le pido, por favor, tatita Dios.

Anónimo dijo...

Cuando suceden inconvenientes en las áreas conflictivas de mi vida, no los tolero, me lleno de miedo y evalúo mal. No es así en los aspectos de mi vida que están más o menos resueltos.

Anónimo dijo...

La molestia menos beneficiosa de la cultura es tener la feria todas las semanas,frente a tu casa, impidiéndo la salida del auto.

Anónimo dijo...

Con eso de que el cliente tiene siempre la razón, no engañan a nadie, porque se ve clarito cuando te fallutean.

Anónimo dijo...

PERMUTO CEREBRO USADO POR CUERPO NUEVO SIN MEJORAS.