En un afán por simplificar lo complejo, muchas personas adhieren al criterio económico neoclásico que se caracteriza por considerar que el trabajo es un insumo más en los procesos productivos.
Para esta corriente de pensamiento —no sólo económico sino también filosófico y político— la producción es una especie de cocktail compuesto por tres ingredientes: materias primas (hierro, madera, plástico, etc.), herramientas y mano de obra.
Como nunca falta alguien que trate de simplificar lo simplificado, algunos dicen que la mano de obra y las materias primas podrían considerarse como una misma especie.
Es bastante claro que el ser humano es el objetivo de todo esfuerzo que se haga. Conservar al individuo y a la especie es la única misión que tenemos. Todos pretendemos que la sociedad y sus gobernantes nos reconozcan estos derechos y que actúen en consecuencia.
Cuando alguien piensa que nuestro esfuerzo es una mercancía más, nos tratará como a objetos, como a cosas inertes, provocándonos una desvalorización no solamente molesta sino que para muchos equivaldrá a un intento homicida.
En la fantasía de muchos gobernantes (sin distinción de ideologías), los trabajadores somos máquinas cuyo tanque de combustible es la billetera. Pero lo más grave no es esto. Lo más grave es que muchos trabajadores suponen que trabajan sólo por el dinero y se creen muy inteligentes cuando centran sus reivindicaciones laborales exclusivamente en torno de los aspectos económicos.
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18 comentarios:
No veré más allá de mi nariz pero a mí demen mucho dinero y yo les trabajo muy bien. Es sencillo.
Gobernar es imposible. Estimular a los trabajadores es casi imposible.
El mundo feliz está compuesto por empresarios ricos y sindicatos fuertes.
A veces la descripción de la realidad que vivimos todos los días nos permite verla con un nuevo aspecto. Esto de que me llenan la billetera para que yo siga trabajando me pegó durísimo.
No sé si agradecérselo.
En realidad la mano de obra y la materia prima no son de la misma especie. Se cuida mejor de la materia prima.
El poder y la riqueza son los objetivos de todo esfuerzo que haga.
Sobrevivir se vuelve el único anhelo en situaciones límite. El resto del tiempo nos la pasamos desaprovechando lo que tenemos.
No trabajo sólo por el dinero, los tickets alimentación vienen muy bien.
Yo trabajo para ser dirigente sindical.
Si pensamos cómo tratan a sus objetos las personas que tienen poder, tendremos que aceptar que no llegamos ni por lejos a esa categoría.
Procuraré obtener un tanque de combustible más grande.
Las reivindicaciones laborales deberían centrarse en la capacitación.
Es cierto, el jefe me mató a indiferencia.
Entrego mi esfuerzo por mi plan de vida, nunca por algo externo, porque esto equivaldría a entregar mi espíritu. Dentro de mi plan de vida, entran por supuesto, mis seres queridos.
Los créditos me vacían el tanque antes de llegar a la esquina!
Trabajamos con más ganas en lo propio que en lo ajeno.
Elijo muy bien quién y qué llenan mi tanque de combustible.
Pensé que trabajaba sólo por el dinero pero cuando fui por primera vez a seguro de paro, me di cuenta que necesitaba a mis compañeros, que extrañaba llegar a casa cansado y prepararme todas las mañanas para salir a trabajar.
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