jueves, 13 de noviembre de 2008

Lo fácil es enemigo de lo bueno

En un artículo publicado hoy con el título Más amor con menos gasto propongo que revisemos a qué modelo queremos copiar en ese intento que todos hacemos para ser amados.

Digo ahí que los mártires que han pasado a la historia son modelos cuya copia incluye tener una vida muy penosa, llena de carencias, con dificultades de toda índole.

Por el contrario existen otros modelos muy amados que prometen menores padecimientos. Me estoy refiriendo a quienes han llegado a tener éxito económico porque dedicaron mucho amor (hacia sí mismos y hacia los demás) tratando de entregarles los bienes y servicios que satisfacían sus necesidades o deseos.

Claro que por algo una mayoría elige a los mártires, a las víctimas, a los sufrientes, a los pobres.

El motivo está en que siempre es mucho más sencillo igualar hacia abajo que igualar hacia arriba. Emular a quien está mal es más fácil que emular a quien está bien. Convertirse en víctima no requiere amarse a sí mismo y a los demás. Conseguir enemigos que nos victimicen no es tan complicado.

Hacer llorar es más fácil que hacer reír. Arrebatar es más fácil que negociar. Esclavizar es más fácil que estimular la cooperación. Desconfiar es más fácil de confiar.

En suma: Hay más pobres que ricos porque la igualación con ídolos sufrientes (como forma de conseguir el amor que ellos consiguieron) es una tarea accesible a más personas.

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13 comentarios:

Anónimo dijo...

No me parece, che...

Anónimo dijo...

De acuerdo al dibujito que eligió hoy supongo que está tratando de pajeras a las personas que se identifican con los mártires, las víctimas, los sufrientes, los pobres. ¿No será que algunos reniegan de sus orígenes? ¿No será que quien no ha sido humillado por su pobreza, hay muchas cosas que ignora absolutamente? ¿Habremos perdido la sensibilidad? ¿Qué tenemos de humanos si no nace en nosotros el deseo de cargar en brazos al débil?

Anónimo dijo...

Cada vez que habla de pobres y ricos ¿es en términos económicos?

Anónimo dijo...

Lo propondré para integrar la Cámara de Industria!

Anónimo dijo...

Estoy un 100% de acuerdo con el penúltimo párrafo.

Anónimo dijo...

Mire que los ídolos sufrientes salen más caros en la santería porque da trabajo pintarles lágrimas y cicatrices

Anónimo dijo...

¡ud. dice que los ídolos sufrientes, como ud les llama, hacen llorar, arrebatan, esclavizan y desconfían! No me parecen las características más sobresalientes de los ídolos que menciona en "Relatos en Clave Psicoanalítica"

Anónimo dijo...

No puedo creer que esté diciendo que es fácil querer parecerse en algo a Cristo, Ghandi o el Che. Si eso es fácil y es igualar para abajo ¿entonces qué es lo difícil? ¿en qué personajes está pensando cuando habla de igualar hacia arriba? ¿Es más fácil ser Ghandi que Bill Gates? ¿Eso quiere decir?

Anónimo dijo...

Me parece que copiamos lo más fácil de copiar e imaginamos que copiamos lo que es casi imposible de copiar.

(Si alguien me entendió, le mando un besote con mucho glamour).

Anónimo dijo...

Yo le agregaría que es más fácil romper que armar y los mártires son tipos que se autodestruyen.

Anónimo dijo...

Algo bueno que tiene martirizarse es que casi no tenemos oposición, mientras que progresar te pone a un pueblo en contra. No es un dato menor...

Anónimo dijo...

Otro ídolo de ficción que muchos queremos igualar es al Quijote mientras que todos disparamos de parecernos a Sancho, que aparentemente sufría menos.

Anónimo dijo...

Yo pienso no? que cuando uno dice que está mal le creen más que cuando uno se hace el exitoso. Es difícil disimular lo bueno porque hay más gente dispuesta a dudar e inspeccionar a ver si es cierto.