martes, 4 de agosto de 2009

La ametralladora del progreso

Un genocidio es la «eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad».

Pero me permito agregarle otro motivo que no está tenido en cuenta por el Diccionario de la Real Academia que redactó la definición precedente. Me refiero a la edad.

Para poder exponer ideas importantes en menos de 300 palabras tengo que usar términos fuertes corriendo el riesgo de exagerar, pero lo que pretendo es que usted y yo nos entendamos (después veremos si estamos de acuerdo o no).

El genocidio explícito (como el que intentó realizar el gobierno de Hitler con los judíos) es fácilmente perceptible y genera un rechazo generalizado, pero el genocidio implícito no es perceptible y por lo tanto carece de obstáculos que lo interrumpan.

El genocidio por motivo de edad es aquel que se produce cuando existen cambios tecnológicos que no son aceptados por los trabajadores acostumbrados a un procedimiento que se renueva.

El legítimo afán de lucro de las empresas que cuentan con recursos humanos tiene dificultades para expulsar a los trabajadores que ya no rinden lo necesario o que tienen salarios demasiado altos que le quitan competitividad a lo que producen.

Una de las formas para resolver el problema pacíficamente es cambiar la forma de trabajar para que los empleados que perdieron la capacidad de adaptación (generalmente por la avanzada edad pero a veces también por indolencia, enfermedad no diagnosticada, por razones ideológicas) se vean estimulados fuertemente a renunciar, lo cual equivale a un genocidio de tipo laboral.

Si usted se cuida la salud física haciendo deporte, no olvide ejercitar las funciones intelectuales que le permiten conservar la fuente de ingresos.

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13 comentarios:

Ramón dijo...

No podría hablar de genocidio pero donde trabajo ya me tienen harto con los cambios y los técnicos jóvenes que no saben dónde están parados pero que tienen la autorización del dueño para hacer cambios que el tiempo demostrará que son desastrosos.

Anónimo dijo...

En mi trabajo quedó demostrado que los cambios hechos por los técnicos han sido un desastre. El problema es que ahora no saben cómo seguir.

Lina dijo...

En la empresa donde trabajo renovaron el plantel por una cuestión de imágen; necesitaban gente más jóven para la atención al público. Las funciones intelectuales y la experiencia no importaban demasiado.

Carla dijo...

Cuando me puse vieja mi marido me descartó por otra 20 años más jóven. Es una historia repetida, pero no pensé que a mí me iba a pasar.

Sarita dijo...

Mi fuente de ingresos es mi esposo y le aseguro que a él le interesa más que esté en forma a que me cultive.

Grafito Paredes dijo...

La muerte natural es un genocidio por motivo de edad.

Catalina Iturria dijo...

Ejercitar las funciones intelectuales me va a servir ya sea para conservar mi fuente de ingresos o para alcanzar otra. Para mí la mejor forma de hacerlo es estar al día con los avances tecnológicos. No podemos permitir que los nuevos lenguajes nos dejen afuera.

Mª Eugenia dijo...

¿Cómo se hace para no perder capacidad de adaptación?

Clarisa Esteves dijo...

Esas formas pacíficas de resolver los problemas encubren atropellos muy violentos.

Rita dijo...

Ahora que tengo tiempo me voy a poner a estudiar inglés; es algo que me gusta y me va a mantener mentalmente activa.

Leonel Camargo dijo...

Ya que aumenta la expectativa de vida, sería bueno que aumentara también la vida laboral.

Anónimo dijo...

Perdí capacidad de adaptación por enfermedad diagnosticada.

Esteban dijo...

Los primeros comentarios se notan claramente hechos por personas de edad avanzada, y parecen contener una buena dosis de rencor. Me parece que es un poco sesgado el denominar genocidio a la renovación laboral y tecnológica. Podemos denominarla de muchas maneras, pero creo que la palabra genocidio tiene cierto significado que se desnaturaliza al usarse de manera demasiado amplia, pasando la palabra a no significar nada