Un lapsus es un accidental escape de contenidos inconsciente al nivel consciente: decir una palabra por otra que significa todo lo contrario, olvidarse o extraviar algo importante, podrían denotar que la verdadera intención (la inconsciente) era otra a la manifestada conscientemente.
Algo de esto pudo pasarle al primer presidente afrodescendiente de los norteamericanos Barack Hussein Obama II (nacido en Honolulu el 4 de agosto de 1961 - ¡Feliz cumpleaños!).
Durante la celebración del centenario de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, alentó a los afrodescendientes norteamericanos a «superar las taras históricas de culpar al racismo de todos sus males».
A menos de una semana después, dijo que la policía de Cambridge había actuado estúpidamente al detener a un profesor (negro) amigo suyo.
Para poder considerar que fue una equivocación propia de un lapsus, tengo en cuenta que después se retractó diciendo (con la altura que ha demostrado hasta ahora): "Pude haber calibrado mis palabras de una manera diferente".
Estas consideraciones sobre la actuación de alguien conocido por todos (Obama) las utilizo para compartir con ustedes una reflexión que está en sintonía con el tema central de este blog.
Efectivamente, los negros de Estados Unidos han sufrido y aprovechado la discriminación de la que fueron objeto durante años.
No merece aclaración el por qué la sufrieron pero sí explico por qué digo que la han «aprovechado».
Todos nosotros, en algún momento (o siempre) rechazamos la responsabilidad que tenemos en nuestras dificultades, en nuestros fracasos, en nuestras ineficiencias.
Tan popular es este mecanismo de defensa que hasta el propio presidente de los ciudadanos norteamericanos de todas las razas, parece haber creído que la detención de su amigo fue por causas raciales y no porque los vecinos denunciaron una conducta inapropiada y además se desacató.
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15 comentarios:
No te imaginas querido licenciado cuánto jugo le he sacado al hecho de que mis padres son divorciados.
Pero se los digo a quienes disfrutan de esa gran culpa ajena: Ahora veo que se puede vivir aún mejor aceptando las cosas como son, sin inventar responsabilidades ajenas.
¿Dónde está el lapsus?
Me parece que sí, que tanto Obama como ese profesor amigo suyo se persiguieron por demás. Si veo a un hombre forzando una puerta voy a pensar que está intentando robar, sea en el color que sea.
Aprovecharle las ventajas a cualquier desventaja no sirve porque al final te quedás en la situación desventajosa por no perder unos beneficios de porquería.
Tengo posibilidades de conseguir un trabajo medianamente bien pago pero eso implicaría dejar de cobrar mi pensión por discapacidad. Por un lado quiero hacerlo porque implicaría un gran avance para mí, aunque tengo cierto temor porque no sé si seré capaz de sostener ese trabajo.
Las mujeres aprovechamos que somos "el sexo débil" para no hacer fuerza.
Estando en medio de una situación negativa, a veces hay aspectos positivos que se pueden aprovechar. De todos modos esto no es lo mismo que sacarle jugo a algo que nos desfavorece y luego quejarnos por ser desfavorecidos. En este último caso no aceptamos que estamos sacando beneficios y queremos permanecer en esa situación que decimos rechazar.
Licencioso Fernando, le puedo asegurar que nunca tuve un lapsus.
Estoy de acuerdo con ud, lo cual no significa que minimice las atrocidades del racismo.
¿En lugar de "taras" iba "trabas"?
No sé... con "taras" igual quedaba bien.
Obama trató a sus hermanos de tarados! muy fuerte.
La palabra "afrodescendiente" es demasiado larga. Ahí hay gato encerrado, si todo estuviera bien simplemente diríamos "negro".
Los primeros en rechazar la responsabilidad que tienen en sus ineficiencias son los gobiernos ¡y por culpa de ellos todo está mal!
Obama está para comérselo, no me interesan sus lapsus.
Si bien estoy de acuerdo en que a nivel personal solemos de alguna manera aprovecharnos de nuestras desventajas, me parece que en el caso de los negros estadounidenses hay suficiente evidencia histórica como para considerar que el racismo les ha significado, desde todo punto de vista y sin lugar a discusión, un inmenso daño, que eclipsa por completo cualquier ventaja que se pueda haber obtenido a través de él
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