jueves, 27 de agosto de 2009

La clave está en ser necesario y escaso

La abundancia no siempre es buena.

Es buena la abundancia de aire respirable, de agua potable, de los alimentos, pero cuando abunda la cantidad de trabajadores que hacen lo mismo que nosotros, estamos en problemas.

Finalmente no sucedió lo que se temía, pero el mundo occidental estuvo muy preocupado por la abundancia de oro.

El respaldo de los billetes de banco con este metal precioso se implementó en el siglo 19 y la confiabilidad que inspiró en los agentes económicos permitió una gran prosperidad.

Seguramente usted vio alguna de las películas de vaqueros norteamericanos aventurados en lo que se llamó «la fiebre del oro».

En 1849 cundió el pánico porque los excavadores lograron extraer de las minas del Estado de California tanto oro como el que se había obtenido en todo el mundo en los diez años anteriores.

Para peor, unos años después se encontraron en Australia trozos hasta de 500 kilos a pocos metros bajo tierra.

El susto lo tuvieron porque la abundancia de oro haría que éste perdiera valor y por consiguiente el dinero por él respaldado también lo perdería. Si el dinero que se mueve en la economía pierde valor, nadie lo acepta, se detienen las transacciones, se frena la producción porque ya no hay ventas y todos se empobrecen rápidamente.

Conclusión: La abundancia de oro felizmente no pasó de ser un susto pero usted y yo debemos cuidarnos de que la destreza con la que nos ganamos el sustento sea exclusivamente nuestra (dentro de lo posible). Si somos exclusivos en lo que hacemos, tendremos buenos ingresos.

Además de tener habilidades poco frecuentes (ser los mejores en algo) es necesario publicitarlas porque de lo contrario los demás no se beneficiarán con nuestro trabajo ni nosotros con el dinero que nos pagarán.

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11 comentarios:

rafa dijo...

No es tan fácil cuando todos vamos más o menos a los mismos centros de estudio.

Jeremías dijo...

¿Qué caminos deberíamos recorrer para encontrar nuestras habilidades más personales? Como esta es una pregunta retórica, se las respondo enseguida: deberíamos recorrer los caminos del autoconocimiento. Estos senderos pueden ser múltiples, yo sé sólo de 3, pero deben haber unos cuántos más: 1)hacer, actuar, involucrarse, en los ámbitos más diversos posibles; 2)reflexionar sobre lo actuado 3) psicoanálisis (es decir, reflexión enriquecida por una mirada especializada y externa). Y claro, a parte de todo eso, tener mucha suerte.

la osita dijo...

Mi osito es necesario y único!!

Ramón dijo...

La abundancia de alimentos a veces perjudica a algunos sectores, por eso la superproducción a menudo se tira.

Canducha dijo...

La persona que logre ser exclusiva en su trabajo, logrará ser irremplazable. Mmmm, no creo que sea posible.

Hugo Escasso dijo...

Nunca pude hacer honor a mi apellido; tengo 15 hermanos.

el alquimista desestabilizador dijo...

Los trozos de Australia, los hice yo y luego los enterré a pocos metros bajo tierra.

Mª Eugenia dijo...

¿El dinero sigue teniendo respaldo de oro?

Clavijo Soufflé dijo...

Por eso yo siempre digo que no hay que escavar demasiado; es meterse en problemas.

Harry el manco dijo...

Los trozos de Australia los había enterrado un pirata de mala reputación (dada su innegable haraganería) llamado Oriente.

Lorenzo dijo...

En mi trabajo borraron a los imprescindibles.