domingo, 31 de octubre de 2010

La anarquía placentera que nos enceguece

En dos artículos publicados recientemente (1) les comentaba que

— para que exista justicia distributiva tenemos que ponernos de acuerdo en qué es la justicia; y que

— el dinero es una mercancía que nuestra psiquis entiende con bastante irracionalidad.

Si juntamos ambos conceptos, podemos decir que tenemos fuertes dificultades para realizar una adecuada justicia distributiva del dinero.

La dificultad más importante, grave y difícil de superar, la defino rápidamente como el autoengaño.

En otras palabras, nos cuesta aceptar las cosas como son porque nuestra psiquis insiste en ver al mundo como a ella le gusta, sin tantos problemas, con mejores noticias, con menos responsabilidades.

Cuando los humanos nos ganamos la vida extrayendo alimentos o minerales de la naturaleza (sector primario de la economía), la realidad es muy imperativa y los humanos tenemos que trabajar en ella renunciando a muchas pretensiones. Sobre la lluvia, las plagas o la fertilidad, no tenemos tanto control como para hacer lo que a nuestra psiquis se le antoja (cuando se autoengaña).

Cuando los humanos nos ganamos la vida produciendo bienes (sector secundario de la economía) a partir de materias primas extraídas de la naturaleza (del ya mencionado sector primario), la realidad es menos imperativa porque un fabricante puede dejarse llevar por sus antojos, aunque el mercado se encargará de ponerlo en vereda (limitando su autoengaño)

Cuando los humanos nos ganamos la vida dando servicios (sector terciario de la economía, encargado del turismo (imagen), la educación, los bancos, etc.), se nos presentan las mayores dificultades con nuestro autoengaño y —por lo tanto— con el dinero, pues las leyes naturales nos dan toda la libertad para autoengañarnos.

Precisamente, la elaboración y administración de la justicia (sistema judicial, abogados, parlamento), pertenece a este sector en el que quedamos más expuestos a la anarquía placentera que nos enceguece.

(1) El negocio del crimen desorganizado

Justicia + autoengaño = injusticia

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9 comentarios:

Tamara dijo...

Hay una cosa que está clara, justicia no es igualitarismo. Lo justo sería que cada cual acceda a lo que necesita, poniendo en juego su capacidad, la que realmente tiene, sin exigir de más o de menos.

Verónica dijo...

A mí me parece que a las personas que ven el mundo lleno de problemas, les cuesta más autosustentarse.

Anónimo dijo...

Mire que en el sector servicios una también se autoengaña. Yo me jubilé pensando que había sido una buena maestra.

Damián dijo...

Es jodido cuando algo que está en todas partes, como el dinero, no está en nuestros bolsillos.

Rafael dijo...

Es habitual que quienes trabajan poco piensan que rinden de manera adecuada.

Edgardo dijo...

A mi tío se le dio por ponerse a fabricar ballenitas para los cuellos de las camisas.

Marcos dijo...

No entiendo bien las conexiones que ud establece entre el autoengaño y los sectores de la economía.

Orosmán dijo...

Los que nos ganamos la vida ofreciendo servicios, tampoco podemos autoengañarnos acerca de qué es lo que necesita el cliente.

Yenny dijo...

Mi esposo fabrica paños de piso y la única vez que se dejó llevar por antojos fue cuando yo estuve embarazada. Fue cuando los fabricaba de color celeste.