lunes, 14 de febrero de 2011

El subgrupo de vomitadores voluntarios

Quienes evitan el vómito como acción terapéutica, rehúsan dar para recibir, invertir para ganar o sembrar para cosechar.

La humanidad se divide en dos grandes grupos:

— uno, integrado por quienes, cuando se sienten mal del estómago porque la comida les sentó mal, no dudan en provocarse el vómito para expulsar el contenido estomacal y propiciar así una pronta recuperación, y

— otro grupo integrado por quienes hacen todo lo posible para no vomitar a pesar de saber que esa solución acortaría notoriamente su malestar.

Me consta que no es habitual establecer una categorización tan abarcativa tomando como referencia la relación personal con el vómito.

Aprovecho para afirmar que carece de importancia la popularidad o no de un criterio, cuando de él podemos extraer alguna conclusión que nos preste utilidad.

Las convulsiones que acompañan el vómito, seguramente son molestas, las arcadas incontrolables nos perturban emocionalmente, pero la interrupción casi inmediata de los malestares digestivos dejaría fuera de toda duda apelar a ese recurso (el vómito provocado).

Ya puedo proponer la opinión de que esa parte de la humanidad que se opone a vomitar, está actuando negligentemente, no está haciendo una valoración sabia de los costos y beneficios, hace una elección adversa.

Una primera conclusión que podemos extraer de estas observaciones es que muchos seres humanos están inhibidos para dar, perder, devolver, abandonar, inclusive cuando ese acto promete ganancias significativas.

Una primera hipótesis que podemos elaborar a partir de la conclusión anterior, es que para muchas personas es difícil invertir, arriesgar, dar, sembrar (1).

Hasta las enfermedades mentales más severas poseen una cierta coherencia, aunque no siempre podemos comprenderla y menos aún, compartirla.

Es coherente pensar que cuando alguien se resiste a vomitar para aliviarse, también se resiste a dar, invertir, sembrar, privándose de recibir, ganar, cosechar.

(1) La agricultura y los juegos de azar

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12 comentarios:

CHECHU dijo...

PSICOLOGICISMO PURO

Brendita dijo...

Ah no! Yo no te vomito. Cosa desagradable! Prefiero masoquearme con el dolor de panza.

el poeta dijo...

El vino puede hacer al vómito, inevitable como el amor
inevitable como el viento
inevitable como que tú y yo
estemos juntos este momento.

FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS!!!

Paty dijo...

Impresentable, poeta!
y poeta impresentable.

Roberto Carlos dijo...

No hay que sembrar sobre piedra, a no ser que quieras hacer nacer montañas.

la gordis dijo...

A mí la comida siempre me sienta bien.

Roque dijo...

La humanidad se divide en dos grandes grupos: los buenos y los malos.
En el fondo, esa barbaridad, la piensa la mayoría, le juego lo que quiera.

Uvita dijo...

Los que vomitan son de Carrasco sur y los que lanzan son los de Carrasco norte .

Júber dijo...

Hace cientos de años que a muchas mujeres les cuesta dar a luz.

Yenny dijo...

Debe ser un mito eso de que las mujeres tenían hijos como gallina que pone un huevo.

Joe Black dijo...

Las madres abandónicas se van porque tienen mucho para dar...

Nelly dijo...

El vómito provocado no me gusta. Es bueno dar, pero no hay que hacer las cosas forzadas.