La tecnología ha popularizado el acceso a la presidencia de cualquier país.
Quienes tienen acceso a CNN en español, habrán visto cómo algunos presentadores de noticias, acomodan un pedal antes de comenzar a decirnos las noticias.
El teleprompter es un monitor (pantalla) que muestra un texto, tan cerca del objetivo de la cámara, que nos hace pensar que el informativista habla de memoria o improvisando. Dependerá de su habilidad actoral para mostrarse más o menos natural, espontáneo, conocedor de las noticias que nos trasmite.
Para mejorar el efecto, el lector televisivo puede regular con el mencionado pedal, la velocidad con la que prefiere recibir el texto previamente escrito por un equipo de redactores.
Se ha constatado que los televidentes creemos con mayor convicción las noticias, cuando quien las presenta es tan espontáneo como un amigo que nos cuenta lo que él mismo vio.
La credibilidad de los televidentes equivale a dinero porque todos queremos estar bien informados, queremos saber la verdad, deseamos conocer hasta en los mínimos detalles qué está pasando en nuestro vecindario, en nuestro barrio, en nuestra ciudad, aunque también nos interesa saber qué les pasa a comunidades más distantes, siempre y cuando la lejanía esté compensada por una mayor gravedad, atrocidad o espectacularidad.
El teleprompter ha cobrado notoriedad porque ahora sabemos que lo que veíamos como discursos improvisados del presidente de la gran democracia del norte (Estados Unidos), no son más que disimuladas lecturas de textos que quizá ni ayudó a redactar.
En suma: ahora sabemos que el presidente Barack Obama es un presentador de discursos, un buen lector, un gran actor, lo cual no le quita méritos, pero al menos es bueno saber que si usted y yo sabemos leer, estamos más cerca de acceder a la presidencia de nuestro país.
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11 comentarios:
El tema que ud plantea también aparece de cotelete en la película recientemente estrenada "El discurso del Rey". Claro que a Jorge VI deberíamos darle un mérito especial, dada su tartamudez.
En la TV y en la radio, está lleno de amigos que nos cuentan boludeces.
Los presidentes siempre esconden la parte sustancial del discurso que deberían dar, pero no dan, así que para mí da lo mismo que digan lo que dicen como les indiquen.
Los griegos tenían la decencia de estudiar retórica.
Una vez se paró el teleprompter y aproveché la pausa para quebrarme. Los camarógrafos hicieron en excelente primer plano de mis lágrimas.
No puede ser que los informativistas conozcan las noticias que transmiten. Si fuera así, estoy segura que me harían entender la política internacional.
Acaban de inventar un lector televisivo que repite de cinco formas distintas las noticias deportivas y la crónica roja.
A casi nadie le interesa lo que pasa en el barrio. Por eso las gacetillas barriales son un fracaso. Las noticias jugosas acerca de los vecinos, son las que no se publican.
Así como dice Maruja con buen tino, que a nadie le interesa saber lo que pasa en el barrio, también es cierto que a nadie le interesa estar bien informado.
Si no me creen, pregúntenle a un psicoterapeuta acerca de las resistencias que opone todo paciente, a saber la verdad.
Hasta que punto nos beneficia la cultura de lo fácil?
Los programas de noticias se manejan con los mismos criterios, en cuanto a la búsqueda del rating, que los programas de chimentos.
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