Cuando el inconsciente de un varón asocia «dinero = pene», rechaza recibir dinero (ganarlo, cobrar).
Este artículo cumple la promesa de hace unos
días (1) de continuar con un tema que refiere a que los hombres y las mujeres
tienen puntos de vista distintos sobre el dinero.
No podemos olvidar que los hombres y las
mujeres somos tan distintos que justificaría describirlos como pertenecientes a
especies tan distintas como son las jirafas y las cebras. Lo que realmente nos
pone en una única especie es el «aislamiento reproductivo» (2), es decir, que una mujer sólo puede ser
fecundada por el semen de un hombre y de ningún otro macho.
Según la
teoría psicoanalítica, nacemos con la predisposición a pensar que todo el mundo
tiene pene, ya desarrollado, como es el caso de los varones, o que ya crecerá,
como es el caso de las mujeres y la expectativa de que cuando la niña crezca,
su clítoris se convertirá en pene.
Las mujeres
poseen la vagina y naturalmente desean que ese órgano hueco sea rellenado por
un pene. Ellas sienten ese impulso.
Los varones
poseemos un pene y naturalmente deseamos rellenar el hueco de las mujeres.
Nosotros sentimos ese impulso.
Estos
deseos son naturalmente complementarios y dan por resultado el fenómeno
reproductivo que conserva la especie: única «misión» de cada ejemplar (3).
Ocurre que
nuestro cerebro no solo intenta captar la realidad sino que «segrega»
metáforas, es decir, mezcla la realidad percibida con ideas similares y no las
distingue con suficiente eficacia.
Me explico:
«un hueco es metáfora de carencia» y por lo tanto, «la vagina es metáfora de
necesidad»; «lo que rellena un hueco (es metáfora de) satisface una carencia».
Como el
dinero satisface carencias, es metáfora de pene. Por eso algunos varones no
quieren recibirlo «porque se sentirían mujeres».
(Este es el
Artículo Nº 1.573)
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8 comentarios:
Su hipótesis, de acuerdo a la teoría psicoanalítica, es desde mi punto de vista, impecable.
Se me ocurre que la asociación pene-dinero, debe ser universal (en todos los lugares que se usa el dinero como objeto de intercambio). Por lo tanto la pregunta es: ¿por qué no todos los varones se sienten reprimidos por dicha asociación?
Pensando la pregunta de Mª Eugenia, se me ocurre que podría ser porque para algunos hombres la asociación pene=dinero, puede ser positiva, es decir, ¨si tengo más dinero, mi pene es más grande¨.
Dado que las mujeres necesitamos que nuestra vagina sea llenada por el pene, podríamos pensar que las mujeres necesitamos ser llenadas de dinero.
Soy mujer y no necesito llenarme de dinero, ni que me rellenen con dinero. ¿Eso cómo se explica?
De pronto Marta asocia dinero con falo, y el falo lo quiere tener ella. El falo no necesariamente tiene que ser metaforizado por el dinero, también puede asociarse al poder, por ej., el poder que tiene una madre sobre sus hijos pequeños.
Los hombres que tienen pene y desean ser rellenados por otro pene, probablemente tengan una identidad femenina, o más femenina que masculina, o bisexual.
En nuestra comunicación cotidiana usamos muchas metáforas, pero los reyes de las metáforas son los poetas. Su vocación es comunicarse mediante metáforas. Sin embargo esas metáforas no pasan siempre por la consciencia. No siempre son racionales y buscadas. Quizás por eso la mayoría de los poetas son pobres.
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