No sólo los hijos de las trabajadoras sexuales tienen que aceptar su mezquindad, egoísmo o individualismo.
El resultado de una educación realista inevitablemente lleva a la conclusión de que la solidaridad debe ser practicada con muchas precauciones.
Conseguir ingresos satisfactorios que mantengan siempre una calidad de vida digna cuesta mucho y divulgar los pequeños secretos generadores de éxito es una actitud tonta (por usar un adjetivo poco ofensivo).
Nuestra necesidad de amor puede ser tan enfermiza que podemos llegar a entregar todo lo que tenemos para pagar una mirada, una caricia o un beso.
A veces ni siquiera recibimos estos preciados tesoros, sino que pagamos por adelantado por lo que no dejan de ser promesas, anuncios, declaraciones seductoras.
Podemos regalar torpemente nuestros pequeños secretos para mantener los ingresos (formas de trabajo, habilidades simples pero que otros no conocen, datos, pequeños trucos, fórmulas elementales pero que nos costaron muchos años, errores y esfuerzos llegar a conocer), porque nos olvidamos de cuánto nos costaron descubrirlas o porque nos parecen tan simples que no entendemos que deben ser guardadas bajo siete llaves.
Otro error muy frecuente ocurre cuando padecemos un ataque de omnipotencia, arrogancia o estupidez súbita que se manifiesta por la convicción de que si regalamos los secretos de nuestro arte de ganarnos la vida, ya se nos ocurrirán nuevas ideas porque nos suponemos demasiado inteligentes.
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11 comentarios:
jaja, muy sutil lo de las trabajadoras sexuales.
No entendí lo de los hijos de las trabajadoras sexuales.
Que buena parte del éxito que podamos tener en el futuro está en nuestro bagaje genético, no cabe duda.
No creo que tengan demasiado peso esos secretos a los que ud alude como generadores de éxito. Me parece que son saberes que le sirven al que los descubrió, y le sirven justamente por eso, porque los descubrió.
A una persona que no sabe nadar le puedo enseñar un montón de cosas pero hasta que no las descubre en la práctica, no le sirven de nada.
habemos algunas personas tontas que encontramos más alegría en llegar con otros a llegar solos
Definitivamente usted no cree en la bondad, y en que ésta tiene un ida y vuelta que hace amigable la vida.
Hay casos y casos. A veces conviene callar algunas cosas, pero son más situaciones puntuales que una actitud de vida.
Disfruto buscando la belleza y la encuentro a menudo en la actitud de brindar generosamente lo mejor de uno, a quiénes sabrán replicarlo.
¿Le parece que la necesidad de amor es enfermiza?
La receta de la torta de trufas de mi abuela tiene un sólo destinatario: mi nieta.
Me pregunto cómo se paga el amor.
A veces eso que ud propone resulta poco ético. Imagine que un laboratorio descubriera una vacuna importante y se le permitiera mantener la fórmula en secreto, bajo el pretexto de lograr el mayor enriquecimiento posible.
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