Muchas personas desearían enloquecer porque suponen que los psicóticos son felices. Otras, en cambio, temen volverse locas.
Es cierto que son inimputables ante la ley, pero no es cierto que sean felices.
La vida de un loco es terrible y recuperan un poco la calma si están medicados con acierto (lo cual no siempre es posible).
Una particularidad de la locura es que impide precisar el significado de las palabras.
Para ellos «mesa» puede significar el mueble conocido, pero también vaca, tambor, incendio, dormir, calesita, vela, etc., etc.
Si un mismo sonido (mesa) significa tantas cosas para él, la comunicación se vuelve imposible porque casi nadie podrá entender de qué está hablando, eso le impondrá un abandono primero y un rechazo después, con el consiguiente dolor afectivo que hace imposible cualquier tipo de felicidad.
En pocas palabras, una de las dificultades más graves de la psicosis es la de no poder diferenciar (discriminar, identificar, reconocer).
Más simple aún: un loco (descompensado, sin medicar) padece de confusión.
Todos intuimos que no poder controlar nuestros pensamientos, no poder pensar con claridad para sentir alguna certeza de lo que razonamos, debe ser muy difícil de soportar.
Observe lo que sucede con el dinero.
La cantidad de objetos y servicios que se pueden comprar con él, es enorme.
Pensar en término del valor económico de los objetos y los servicios, es una manera de igualarlos.
Alguien podría decir: «Casi todo es dinero» porque casi todo puede canjearse por dinero (trueque, compra).
Quienes tienen la sensación (quizá inconsciente) de que el dinero produce una indiferenciación de casi todo, temen al dinero como temen a la infelicidad del psicótico.
Conclusión: algunas personas huyen del dinero por temor a enloquecer.
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11 comentarios:
Algunos cuentos infantiles tratan de hombres ricos, malos y crueles que terminan enloqueciendo y perdiendo toda su fortuna.
Ahora nomás salió una colección que desarrolla el tema. Los saca la editorial Uruguay Productivo.
He escuchado muchas veces que algunas personas dicen: "si gano la lotería me vuelvo loca".
Mal negocio.
EL DINERO LO MANEJO YO
Para mí mesa significa: alternativa lujuriosa de la cama.
Los científicos locos son tan populares porque siempre existen casos en los que el principio de incertidumbre te afloja los tornillos.
Con frecuencia pierdo dinero. No es por distraída, el dinero que pierdo es por negligente. Me fastidia buscar precio y eso me lleva a pagar más de lo razonable algunos bienes y servicios.
Ya que me he percatado de esta conducta, he buscado estrategias para evitarla. He intentado ponerme como aliciente que el dinero ahorrado, producto de tomarme el trabajo de buscar un precio conveniente, podría gastarlo en algo que deseara, en lugar de cubrir con él alguna necesidad. Aún así no me da resultado; termino siempre resolviendo de manera impulsiva porque tomarme el tiempo necesario como para hacer un buen negocio, me llena de ansiedad.
Si tenés una adicción que te gobierna o si eres incapaz de manejar el dinero, sea por niño o sea por viejo, la mejor solución es que otro se ocupe de tus gastos.
El comentario de Rafael me lleva a pensar que el dinero nos exige que seamos libres para poder tratar con él. Libertad es la contraseña para que el dinero no te destruya.
Lo peor es pensar en lo que gana uno. Si mi sueldo es el mismo que el de un imbécil, probablemente llegue a la conclusión de que yo soy un imbécil también.
Lo que dice López también vale en reversa. Si gano mucho dinero, igual que un tipo laborioso, inteligente y disciplinado, puedo llegar a pensar que yo también poseo esas virtudes, aunque no necesariamente tenga que ser así.
Para reconocer el significado de una palabra es necesario bloquear por un instante, todas las asociaciones que se nos pegan a ella.
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