miércoles, 28 de abril de 2010

El tráfico de carencias

Las personas que se dedican al estudio de las causas, efectos, problemas y soluciones referidos a la pobreza, lo hacen siempre desde un punto de vista que permitiría resumirlo así: «nosotros acudimos en ayuda de los pobres».

Una primera interpretación de este enunciado, daría lugar a estas oraciones: «nosotros damos lo que otros (los pobres) no tienen» y «nosotros hacemos lo que otros (los pobres) no hacen».

En otras palabras, quienes se dedican a resolver la pobreza:

— no se autodefinen como pobres;
— se autodefinen como capaces de hacer cosas que otros no hacen.

Si apelamos a la imagen mental que estas ideas sugieren, estaremos de acuerdo en que la persona que ayuda es más capaz que la persona que recibe esa ayuda.

Las palabras claves acá son: «más capaz que».

Si alguien puede conseguir para su disfrute personal, que otros lo consideren «más capaz que», estará recibiendo un suministro narcisístico que lo emocionará, movilizará y estimulará.

Como digo en un artículo recientemente publicado (1), es posible pensar que alguien puede seducir con su carencia, ofrecer su condición de menesteroso, donar lo que le falta, estimular con sus necesidades.

En suma:

Es posible suponer que todos estamos compitiendo por ser amados igual que los hermanos intentan llamar la atención de la madre (y si es posible, también del padre y si es posible, de cualquier otra persona).

Los seres humanos consumimos amor, es nuestro principal insumo.

Recibimos amor cuando quienes nos aman, satisfacen nuestras necesidades (comida, abrigo, salud, etc.) y deseos (libertad, curiosidad, diversión, etc.).

En la interacción que se produce entre los pobres y quienes acuden en su ayuda, los pobres donan su falta (carencia) a quienes la utilizan para obtener el estímulo de sentirse «más capaz que».

(1) Permuto carencia grande por dos pequeñas

Artículos vinculados:

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¡Haremos el bien caiga quien caiga!
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10 comentarios:

Malena dijo...

Si entendí bien, ambas partes salen ganando: los que ofrecen su falta y los que se sienten capaces de cubrirla.

Ernesto dijo...

Otros obtienen el suministro narcisístico al ser capaces de acudir en ayuda de los empresarios ricos. Ser la empresa de publicidad seleccionada para trabajar con Coca Cola, por ej, debe significar un enorme orgullo.

Marcia dijo...

Los que se dedican a resolver el problema de la pobreza, se dedican a un trabajo como cualquier otro.

Elbio dijo...

Básicamente estoy de acuerdo con lo que dice Marcia, aunque haciendo la salvedad de que una cosa es el que trabaja para solucionar el problema de la pobreza, cobrando un sueldo, y otra cosa es el que lo hace de manera honoraria.

CHECHU dijo...

LA POBREZA NO ES ASUNTO MÍO

Filisbino dijo...

También podemos pensar que los pobres no donan su falta, sino que la utilizan para ser ASISTIDOS; en última instancia, AMADOS.

Oriente dijo...

En cada etapa de la vida tenemos competidores en el asunto del amor:
-en la niñez, los padres y hermanos,
-en la adolescencia, los pares,
-de adultos, seguimos con los pares,
-siendo ancianos, competimos sobre todo con nuestra salud.

Evaristo dijo...

En la escuela competía por obtener la atención de la maestra, pero no tenía demasiados contrincantes.

Marta dijo...

El barrio Corfrisa queda en las afueras de la ciudad de Las Piedras. Hace unos cuantos años, asuntos de trabajo me llevaron por allí para hacer un censo del lugar. Este barrio es muy pobre; las casas son de chapa y costanero. Recuerdo a una señora que vivía allí con sus dos hijas. De alguna manera se las había ingeniado para abrir un merendero en su casa, a partir de donaciones que conseguía a través de comerciantes de Las Piedras.
Esta mujer era pobre, pero al ser capaz de hacer algo por otros que estaban un poco peor que ella, se elevaba por encima de su pobreza. En ese lugar esa mujer era rica; mucho más de lo que yo he podido ser en mi barrio de clase media.

Jacinto dijo...

Cualquier competencia en la que uno intente ser el mejor (mejor trabajador, artista, estudiante, deportista, etc) es una competencia por el amor del público y de quienes nos conocen.