lunes, 4 de junio de 2012

Consultas al médico no recomendables



Aunque no sea razonable, una persona emprendedora no debe consultar al médico sobre cómo correr riesgos con su cuerpo.

Cuando me pongo a pensar cómo resolver el milenario problema de la pobreza, tengo ideas razonables y otras que no son razonables.

El pensamiento razonable es aquel que se ciñe estrictamente a la lógica, a la cultura, a las normas, a las costumbres, a las tradiciones, al «qué dirán», al sentido común, a la ideología dominante.

Con esta descripción es fácil concluir que el «pensamiento razonable» no es un pensamiento libre sino que es un pensamiento enconsertado, preso, acotado, limitado, restringido.

Podríamos «verlo» en una imagen: el «pensamiento razonable» equivale a un vehículo que se desplaza por una carretera, sin salirse de ella, mientras que el «pensamiento no-razonable» equivale a un avión o helicóptero, que recorre la distancia haciendo un camino recto.

Con esta descripción es fácil concluir que el «pensamiento no-razonable» es un pensamiento libre, ilimitado, imprevisible, arriesgado.

Tendrán que reconocer que si pensamos cumpliendo los criterios tradicionales, llegaremos a las conclusiones tradicionales, lo cual, en el caso de encontrar las causas de la pobreza, equivale a partir sabiendo que ineludiblemente llegaremos a las mismas conclusiones que llegaron nuestros antecesores. El desenlace es uno solo: la pobreza seguirá existiendo.

No tengo más remedio que correr todos los riesgos que implica no ser razonable si mi vocación de resolver el problema de la pobreza es sincera.

Se los adelanto: mi vocación de resolver este asunto, ES SINCERA.

Voy al tema de este artículo:

Trabajamos con nuestro cuerpo y en nuestra cultura, nuestro cuerpo está prácticamente gobernado por la medicina.

Es «razonable» hacer consultas al médico sobre cómo usar nuestro cuerpo, inclusive cuando está sano.

Propuesta no-razonable: una persona emprendedora no puede pedirle permiso al médico para correr riesgos con su cuerpo.

(Este es el Artículo Nº 1.574)

9 comentarios:

Gabriela dijo...

Uy!!! hoy nos la puso difícil. ¿Ser poco razonables con el médico?Arriesgarse a tanto!!!
Supongo que dependerá del para qué. Si es para mí muy importante un emprendimiento, sea del tipo que sea (formar una pareja, tener hijos, montar una empresa), la decisión la voy a tomar con mi almohada. En eso estamos de acuerdo.

Margarita dijo...

Es maravilloso vivir una aventura. Arriesgarse cuando conviene arriesgarse. Correr riesgos a tontas y a locas no.

Carolina dijo...

Sus ideas no razonables pueden llevarnos a buen puerto.
Se necesitan personas valientes como ud.

Elena dijo...

A veces hacemos cosas que nos parecen razonables, pero en realidad no lo son. Por ej., yo dejé de tomar una medicación que necesitaba, que me hacía bien. La dejé de tomar porque me pareció que ya no la necesitaba. Dejar de tomarla fue una decisión bastante razonable. Pero me equivoqué y después tuve que pagar las consecuencias. En este caso, lo NO razonable habría sido seguir tomando las pastillas, aunque me sintiera bien, porque el médico que me atendía tenía mucha más experiencia y conocimientos que yo, en la cuestión de mi enfermedad. Que los médicos se equivocan, es cierto, pero no olvidemos que nosotros también nos equivocamos.

Lautaro dijo...

Pienso que cada uno de nosotros tiene el derecho de poner en riesgo su vida, si lo considera necesario. Nuestro cuerpo, nuestra vida, es lo único que nos pertenece.

Alejandra dijo...

Yo me pasé casi 20 años tomando hierro por una anemia crónica, y resulta que mi anemia tiene un nombre extraño, que recién ahora conozco, proveniente de mis ancestros africanos. Se da un caso entre mil. Justo a mí me tocó. Y resulta que tomar hierro era contraproducente.

Norton dijo...

Creo que Mieres nos propone que usemos el Pensamiento Lateral; término acuñado por Edward de Bono en su libro: ¨The Use of Lateral Thinking¨, publicado en 1967.

Oliverio dijo...

De hecho, cuando deseamos y necesitamos hacer algo, con todo nuestro cuerpo, con todo nuestro ser, no consultamos con el médico, ni con el abogado, ni con nadie. El asunto está en pensar y medir los riesgos, tener cierta idea de a qué se expone uno.

Luis dijo...

El libro de Michel Foucault, ¨La Microfísica del Poder¨, también puede aportarnos para seguir pensando este tema.