Es posible que la pobreza esté presente entre personas que
no «disfrutan» enfrentando y
resolviendo problemas.
Estamos de acuerdo usted y yo en que la
población de personas ricas es infinitamente más pequeña que la población de
personas pobres.
Estamos de acuerdo usted y yo en que la
población de personas que disfrutan de los problemas es infinitamente más
pequeña que la población de personas que los rechazan.
Para seguir
adelante, necesitamos quitar de la vista la hipótesis según la cual los ricos
son ricos porque históricamente les han robado sus bienes a los pobres.
No sé si
esta hipótesis es verdadera o falsa, pero lo que sí sé es que hasta ahora solo
ha sido útil para que nadie denuncie a los ricos como para que vayan presos,
nadie les haya confiscado sus bienes mal habidos para restituírselos a las
víctimas del supuesto robo, y con esa hipótesis la cantidad de pobres sigue
siendo abrumadoramente superior a la cantidad de ricos. Por esto, sugiero
«quitar de la vista la hipótesis del robo».
Con estos
pocos datos les propongo pensar en algo para tener en cuenta.
Si una
mayoría rechaza los problemas y una mayoría son pobres, podríamos pensar que
«rechazar los problemas genera pobreza».
Sólo para
no olvidarnos: si una minoría «disfrutan» los problemas y una minoría son
ricos, podríamos pensar que «divertirse con los problemas genera riqueza».
Observemos
algunos casos concretos:
— Pocas
personas «disfrutan» de las enfermedades (médicos) y difícilmente sean pobres;
— Pocas
personas «disfrutan» de los conflictos, líos familiares, reyertas entre
ciudadanos (abogados) y difícilmente sean pobres;
— Pocas
personas «disfrutan» negociando con intereses tan contrapuestos como son los
que defienden los compradores, los proveedores y los empleados (empresarios) y
difícilmente sean pobres.
En suma: para conseguir dinero trabajando, es útil
«divertirse» enfrentando problemas.
(Este es el
Artículo Nº 1.593)
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8 comentarios:
Si hablamos de pobreza patológica, y no de pobreza en general, estoy de acuerdo en que los pobres patológicos no disfrutan enfrentando y resolviendo problemas. Los p.p. habitualmente se quejan de su situación. El que se queja, en general hace mini-catarsis constantemente, pero no se predispone a pasar a la acción. De hacerlo, buscaría más problemas, más obstáculos, y seguiría quejándose. Su goce (inconsciente, por supuesto) consiste en demostrar que ante la vida está defraudado... o ha sido víctima de un fraude.
Pocas personas disfrutan de las enfermedades (sicólogos) y muchos de ellos son pobres.
Podemos disfrutar resolviendo palabras cruzadas, juegos de caja, problemas de matemática. Sin embargo eso no garantiza que disfrutemos resolviendo los problemas de la vida cotidiana.
Algunos pobres disfrutan resolviendo montones de problemas cotidianos, problemas del día a día. Ganarse el día para sobrevivir genera adrenalina. Mantiene la vivacidad. Estas personas no serían pobres patológicos.
Aunque se denuncie a los ricos que han logrado su fortuna de forma deshonesta y se los quiera poner en la cárcel, esto difícilmente se logra, por el poder que los ricos poseen. Mediante la extorsión y las coimas ellos se defienden, permaneciendo impunes.
Muchos ricos han heredado una posición favorable económicamente. Desde ese lugar les roban a los pobres que han heredado una posición desfavorable. Pagan bajos salarios, obteniendo en la mayoría de los casos, ganancias que van mucho más allá de lo razonable.
Lo que los ricos hacen con los pobres, no es robarles. O en todo caso no es quitarles sólo la plusvalía más allá de lo correcto. Lo que hacen es limitarles su posibilidad de convertirse en individuos productivos. Los trabajadores ¨no se producen¨, no desarrollan todo lo que podrían sus potencialidades. Reciben órdenes, hacen un trabajo rutinario que los exime de pensar, trabajan demasiadas horas, anulan su capacidad creativa.
Las actitudes de los ricos están presentes en los pobres, sólo que unos son exitosos y los otros, por distintos factores fracasan. No hablemos de justicia, no es el tema. Pensemos en solucionar la mala distribución de la riqueza.
Si los pobres aceptaran que en si mismos están las mismas posibilidades de hacer lo que hacen los ricos, sólo que no pueden o algo los frena, la cosa sería distinta. A partir de esa aceptación empezaríamos a pensarnos como seres humanos, pertenecientes todos a una misma especie y habitantes de un mismo planeta. Buscaríamos lo que nos conviene a todos.
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