martes, 7 de octubre de 2008

Cada vez hay menos gente normal

El concepto de normalidad surge de una comparación con lo que una mayoría de personas supone que está bien. Por ejemplo: mover el vientre una vez por día es considerado por una mayoría como lo adecuado. Por lo tanto es anormal defecar 6 veces por días o una vez por semana.

Otro ejemplo: existe la costumbre de comer cuatro veces por día y no es aconsejable comer una sola vez o diez veces.

También circulan por ahí cifras sobre la frecuencia normal en las relaciones sexuales de una pareja (2-3 por semana) y todos los que estén por encima o por debajo de esa cifra, estarán viviendo una situación anómala.

Los profesionales de la salud (médicos, homeópatas, psicólogos, etc.) utilizan estas definiciones para mejorar sus ingresos.

Por ejemplo: si los médicos logran instalar en la creencia popular que la cantidad de colesterol en la sangre es una cifra «X», —valor éste muy difícil de encontrar en la gente común pero imprescindible en los astronautas—, seguramente se llenarán sus consultorios de interesados en recibir un tratamiento «normalizador».

Otro ejemplo: si los psicólogos logran instalar en la creencia popular que los niños inquietos padecen una disfunción que perjudica la convivencia familiar, más padres enviarán a sus hijos traviesos al psicólogo para que dejen de molestar.

En suma: el concepto de «normalidad» es convencional, propio de cada cultura, de cada época, surge por consenso y es aprovechable económicamente por quienes puedan manipular la creencia popular.

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19 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no tengo idea cuántas veces por día como porque soy repostero y me chupo los dedos muchas veces en 8 horas.

Anónimo dijo...

Está buena su idea. Un poco paranoica quizá, pero me gustó.

Anónimo dijo...

Los que arreglan cosas viejas siempre dicen que ya no hay cosas buenas ahora.

Dejé de creerles y ahora pongo un poco más de plata y compro "porquerías" pero nuevas.

Anónimo dijo...

Mi padre fue un pésimo alumno en la escuela y ahora los hermanos que siempre tuvieron mejores notas, viven pidiéndole ayuda de todo tipo.

Anónimo dijo...

El otro día ud mismo escribió un artículo sobre que los conquistadores españoles, si vivieran hoy en día, estarían todos presos por psicópatas. Me gustaron los dos artículos. Es buena idea.

Anónimo dijo...

Es cierto que hay gente insoportable, pero me parece que siempre está mal lo que molesta y está bien lo que gratifica. No hay otra unidad de medida.

Anónimo dijo...

Al final los estudios de mercado lo que hacen es sondear lo que la gente considera aceptable en cada momento y lugar.

El fenómenos de los teléfonos móviles es como una excepción. Antes de largarlos al mercado nadie se imaginaba que fueran a tener tanto éxito.

Anónimo dijo...

¡Cómo se atreve a descreer de los nutricionistas, sexólogos, médicos, psicólogos! ¡Usted hace siempre lo que quiere!?

Anónimo dijo...

A mí me manipulan de un lado para el otro. Me toman con manos gracientas y me rebolean por el aire. A veces me depositan en una especie de pedestal blanco y otras me entierran a 6 pies bajo tierra. Mi vida y mi estado de salud no ofrece ninguna garantía.

Anónimo dijo...

Perdón. Los obesos anónimos aconsejamos ingerir colaciones 10 veces al día. El concepto de normalidad depende de los casos particulares y sus contextos.

Anónimo dijo...

Yo hago una buena comida diaria y estoy hecho.

Anónimo dijo...

A veces pasamos varios días sin comer y cuando se nos da la ocasión nos llenamos a más no poder.

Anónimo dijo...

Estoy viviendo una situación anómala. Mi esposo me visita en la intimidad una vez por mes... mediando dios y la virgen!

Anónimo dijo...

La disfunción cerebral mínima a la que aluden neurólogos, psiquiatras y psicólogos, es casi indemostrable, porque los exámenes tradicionales no la detectan. Sin embargo a algunas maestras les encanta utilizarla en esas conversaciones serias que tienen con los padres.

Anónimo dijo...

He sufrido una de las desilusiones más grandes de mi vida: tengo colesterol, urea y un elevado nivel de azúcar en sangre. Han destrozado mis elevadas ilusiones. Ya no seré astronauta, ni siquiera podré dar un paseíto por el espacio. A lo más elevado que podré llegar, será al último piso de la Torre de las Comunicaciones.

Anónimo dijo...

En mi cultura, cuando los niños pasan a ser adultos, conocen de sus mayores, el saber acumulado por nuestros ancestros y la prohibición de compartir ese saber con las mujeres. Es un ritual sagrado. Nuestra hombría depende del valor para proteger el secreto de la insasiable ambición de las mujeres.
Y esta gente civilizada del azfalto nos reta y humilla, llamándonos machistas salvajes. Ustedes dicen respetar a la mujer. Cómo es posible? si no respetan a la madre tierra.

Anónimo dijo...

Yo ya recibí mi tratamiento normalizador en la escuela. No quiero más.

Anónimo dijo...

También es muy normal lavarse los dientes luego de cada comida. Es una más de las tantas excentricidades de la especie humana.

Anónimo dijo...

Antes fumar era señal de distinción y ahora resulta que de distinguido pasaste a ansioso, descontrolado, vicioso, tabaquista, falto de voluntad, suicida en cámara lenta, etc,etc.