lunes, 27 de octubre de 2008

Emigración terapéutica

En este fin de semana me tocó atender varias llamadas telefónicas de personas depresivas que están enfrentadas a dificultades económicas.

Para explicarme mejor en un caso se me ocurrió el siguiente ejemplo que ahora comparto con ustedes.

Imaginemos a una persona que vive en una zona tropical donde abundan los alimentos que decide mudarse a una zona industrial densamente urbanizada.

Para el caso concreto, pensé en un nativo de Brasil que nació en Bahía y que luego se muda a San Pablo.

Cuando vivía en Bahía, estaba todo el año vestido con una camisa liviana, pantalones cortos y ojotas. No tenía casa y comía cada vez que tenía hambre accediendo a los frutos de diferentes árboles que encontraba por doquier. Nunca pasó necesidades angustiantes.

Su ingreso a San Pablo fue muy difícil porque la competencia por conseguir el dinero que le permitiera comprar su alimentación habitual en una frutería le exigía usar otra vestimenta. La policía le impedía dormir en la calle y también debía trabajar varios días sólo para poder pagar la renta de un pequeño departamento.

La misma persona que en Bahía era un hombre sano, en San Pablo fue diagnosticado rápidamente como depresivo y tuvo que empezar a tomar antidepresivos y someterse a un tratamiento psicoanalítico.

Las mismas energías que en Bahía era suficientes en San Pablo eran escasas. A pesar de que lo único que cambió fue el ambiente, en una ciudad era un ser normal y en el otro era un ser enfermo.

Ahora una pregunta para cerrar este artículo: ¿Los depresivos que usted conoce, estarán enfermos o estarán viviendo en el lugar equivocado?

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18 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchos vivimos en el lugar equivocado, con el trabajo equivocado y acompañados de algunas personas también equivocadas.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el anterior anonimo. Mi familia me tiene enfermo y no puedo escaparme aunque tampoco sé porqué no puedo. Mi vida parece una pesadilla.

Anónimo dijo...

Lo que no me explico que hace un bahiano en San Pablo. Ese pibe se está buscando problemas. Hay gente que se masoquea de puro enferma.

Anónimo dijo...

Por qué los psicólogos no ponen una empresa de mudanzas terapéuticas. Estaría bueno no? jajaja

Anónimo dijo...

Atención gente, les dejo un grafitti "LA FELICIDAD NO EXISTE"

Anónimo dijo...

Los sudacas están invadiendo europa y me parece que están como el bahiano. Acá la pasan entre mal y muy mal.

Anónimo dijo...

Me gustó la idea de Cristián Lobos. En serio. Evaluaríamos al paciente con un enfoque bio-psico-social y luego le propondríamos posibles lugares del planeta donde podría vivir más feliz en armonía con su perfil. Sería una especie de Test Vocacional; yo le llamaría Test de el lugar, el clima y la subsistencia.

Anónimo dijo...

Tenga ojo, no divulgue mucho esto, que se nos viene el malón desde Suecia.

Anónimo dijo...

Una persona que tiene los ojos llenos de verde, no puede vivir en un apartamento con ventanas hacia un pozo de aire.

Anónimo dijo...

Ud es un santo ¡atiende a toda esa gente!

Anónimo dijo...

Yo lo conocí al pibe. La primera vez que fue a buscar trabajo en San Pablo, fue de rastas, caravanas en las dos orejas y una bermuda decorada con papagayos. Todavía no había cazado la onda. Así le fue, pobre Badihno.

Anónimo dijo...

En las zonas industriales, densamente urbanizadas, la única escapatoria que te queda es trabajar de deshollinador y bailar con Mary Poppins.

Anónimo dijo...

No todo fueron rosas para Badinho durante su vida en Bahía. Recuerdo cuando la negra Guyunusa lo dejó sin más ni más, llorando como un niño, y se fue sin mirar atrás con un blanco potentado, gerente de la firma nike en Brasil.

Anónimo dijo...

Por algo Bahía es de San Salvador!!

Anónimo dijo...

Cuando vuelvo a mis pagos, allá en Cerro Largo, todos me esperan. Recibo afecto, reconocimiento y manos tendidas. Luego, de vuelta de las vacaciones, acá en Montevideo, cada vez que saludo al vecino del 5º C , me mira con sorpresa, como si me hubiera olvidado.

Anónimo dijo...

No te gastés Teobaldo con el del
5ºC, es el Capitán al que se le rompió el ascensor, con el adentro; ese que Charlie García y Nito Mestre le hicieron una canción. El tipo está en otra, solo le interesa tomar "te con limón o a lo mejor café/ chirinbirindín, chiribin bin din dini, chiribiridín, biridín bin dín"

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que en San Pablo los psiquiatras están enviciados y no pueden parar de diagnosticar enfermedades terribles y mandar medicamentos a diestra y siniestra para que los laboratorios los inviten a la fiesta de fin de año.

Anónimo dijo...

No es así como dice Artemio, bien que oculta él la naturaleza perversa y desbocada de los psiquiatras bahianos. Cómo van a diagnosticar enfermedades si se la pasan en pedo bailando en bolas!