Para producir hace falta energía. Las personas tenemos que estar bien alimentados y descansados para poder ir a trabajar y ganarnos el dinero necesario para pagar nuestras cuentas.
Pero «no sólo de pan vive el hombre». Si no contamos con el estímulo adecuado, de nada servirá que estemos bien alimentados y descansados.
Los estímulos son dos: la necesidad y el deseo. Por necesidad puede entenderse lo que hace falta para poder vivir confortablemente (alimento, vestimenta, alojamiento, etc.), mientras que por deseo puede entenderse lo que buscamos por fuera de las necesidades básicas (diversión, hacer regalos, coleccionar autos antiguos, etc.).
Como buen sistema autorregulado que somos, tenemos momentos de saciedad para el hambre, de cansancio para la actividad física, de satisfacción para nuestros deseos. En estos momentos vemos disminuido el estímulo y seguidamente se detiene la actividad: dejamos de trabajar o de jugar ... hasta que la necesidad y el deseo vuelven a aparecer.
En suma: para que una persona sea productiva y pueda conseguir el dinero necesario, debe contar con el estímulo que le proveen la necesidad y el deseo. Debe sentirse dolorido por estas carencias como para poder entrar en acción.
Hay una frase que lo resume muy bien: «Somos hijos del rigor».
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24 comentarios:
interesante dr. !
saludos
mauricio
mexico d.f.
O sea que a pesar de que busco trabajo desesperadamente, no estoy aún lo suficientemente dolorido? ¿A qué tengo que llegar?
A ver si resumo bien: los ingredientes son energía + estímulo. O es uno sólo: energía (porque ésta incluye las ganas de aplicarla)?
Para mí que la energía y las ganas de aplicarla son una suerte que se tiene o no se tiene y lo que podamos leer y escribir acá son descripciones e interpretaciones que no influyen para nada.
Más que hijos del rigor somos hijos del vigor. Los pobres son huérfanos de papá vigor.
Si cuando comemos se nos va el hambre y dejamos de comer, entonces cuando tenemos el dinero que nos alcance, dejamos de trabajar.
Creo que una persona es más inteligente cuanto más ajustada y precisa es en la aplicación al trabajo que hace de su energía. Los que trabajan de más están tan enfermos como los que juegan de más o lo que tienen sexo de más.
Lo que está de más está tan equivocado como lo que está de menos.
Hace unos meses que no me pierdo ningún artículo de estos y mi hermano me dijo que estoy pensando mejor que antes y no sé si es casualidad o qué, pero conseguí otro trabajo mejor.
Si con caldo te vas curando...
La energía es contagiosa. Ahora estoy mejor porque cambié de club y ahora me reúno con gente muy inquieta y que siempre está buscando oportunidades. Competimos a ver quién trae la mejor anécdota de lo que consiguió. Estoy entusiasmado y mis amigos me ayudan sin saberlo.
Es muy importante con quien uno esté casado. Mi compañera no tiene ambiciones y eso me aplasta. Me casé con el monumento a la mediocridad aunque tiene un cuerpo que sólo me dan ganas de llenarla de hijos ... o sea, más gastos.
Enamorado Conciente: No le eches la culpa de tu boludez a tu cra. Estás enamorado de quien te da lo que vos necesitás. No te hagas el laborioso que no lo sos. Mirate un poco en el espejo y sincerate.
Luis está mejor porque cambió de club. Yo tendría que cambiar de país porque Ecuador-Quito es muy desestimulante. Todo tiene que ser juerga y alcohol. Nos morimos jóvenes, despellejados y pobres como ratas.
Para que una persona sea productiva tiene que estar sana y equilibrada.
Me alimento y descanso pero no hay trabajo que me dure y menos trabajo en el que ascienda porque no sé vincularme con mis compañeros.
Tengo necesidad y deseo de trabajar. El cartel de la obra "no insista, no hay vacantes" me desmoraliza.
Al rigor no le resisto mucho. Si me reclutaran para el ejército, muero a medio camino.
La necesidad y el deseo como motivaciones, funcionan en el monte o en la selva. En la ciudad, necesidades y deseos se confunden. Se tornan ambiguos, cambiantes, inconsistentes.
Yo soy hijo del rigor y padre de este boludo.
Cuando estoy dolorida por las carencias a veces me inmovilizo, otras entro en acción y a veces me mato.
Homero se ve preocupado... La Ilíada no es para él.
La otra vez escuché la noticia de que un pibe estaba tan estimulado con un videojuego que no paró hasta que hizo paro cardíaco.
Mi deseo de coleccionar autos antiguos queda saciado cuando se acaba el espacio en las cocheras.
Para entrar en acción necesito gente acorralada por la suciedad.
En mi caso, para activarme necesito criptonita y policías tarados.
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