Como he dicho varias veces los seres humanos somos tan débiles que no podemos tolerar varias cosas. Una de ellas es la incertidumbre.
Pero el problema es más grave aún, porque si soportáramos la incertidumbre con una actitud madura, responsable, adulta, seria, no trataríamos de inventar explicaciones más o menos creíbles (no porque puedan ser verdaderas sino porque tiene una apariencia de ciertas).
Los fenómenos que actualmente ocurren en la economía mundial dependen en un altísimo grado de la subjetividad de las personas. La confianza o falta de confianza son respuestas que están totalmente fuera del control de alguien, pero además ni los mismos agentes saben a cabalidad porqué sienten el miedo que sienten.
Si los que ven amenazados sus recursos económicos sienten que algo es peligroso, saldrán espantados y cuando sienten que algo es beneficioso y confiable, volverán como las gallinas cuando tiramos unos granos de maíz.
Querer saber ahora porque la moneda norteamericana se aprecia frente a otras monedas —siendo que el país de origen (U.S.A.) parece estar al borde de la muerte—, es imposible (pero muy necesario para los ansiosos).
Cuando esto retome la calma, quizá podamos saber qué está pasando ahora y ahí aparecerán personas que acertaron con su hipótesis (no es que supieran, repito: ACERTARON) pero dirán que “ellos lo sabían”. Como los demás necesitamos que existan personas capaces de entender lo inentendible, los convertiremos en gurúes, en adivinos infalibles. Les lloverán consultas, aumentarán sus honorarios por vaticinar el futuro, y desde afuera de la situación (que es lo que pretendo hacer en este artículo), podremos decir: Jugó a la ruleta y acertó un pleno. ¡Qué suerte que tuvo!
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22 comentarios:
No puedo confesarme el dinero que he malgastado en adivinos. Nadie acerto propiamente.
El dinero gastado en adivinos es igual al dinero gastado en juegos de azar: sirven para alentar una ilusión. Llegado el momento, la realidad tiene la última palabra pero igual fue disfrutable.
Pasar de pobres a ricos sí que es fácil, pero mucha gente ahora hará el recorrido inverso.
Los artículos periodísticos en todos los medios dicen casi todos los mismos: nada.
Los universitarios que hace sesudos análisis de tendencias, no son ningunos tarados y tienen un cierto grado de acierto. No me diga que No!!
Otras cosas que se estudian también son si algo será comprado o no (análisis de mercado creo que se llama) y sus resultados evitan algunos fracasos aunque no aseguran ningún éxito.
Existen varias martingalas para jugar a la ruleta y no perder nunca. Se basa en la teoría de las probabilidades. Por ejemplo, si alguien siempre juega a negro y a medida que va perdiendo, duplica su apuesta, llegará un momento en que saldrá inevitablemente rojo y ahí tendrá una ganancia.
El problema está en tener suficiente dinero y que el casino acepte apuestas ilimitadamente altas.
Cuando una persona está desesperada (como lo están tantas personas afectadas por la crisis financiera), pierde su capacidad y crítica y está propensa a creer en cualquier propuesta que le quite algustia.
La gente que hoy se burla de los que perdieron por especular, se olvidan que los que producen también tienen que especular en el sentido de que suponen que su producción se venderán a un precio que les deje ganancia.
Ud está obsesionado con los adivinos. Me hace gracia aunque lo respeto.
Los avatares de un mercado financiero son muy parecidos a los avatares biológicos y climatológicos en las producciones vegetales y animales que dependen del clima y de las epidemias. En lo que más se diferencian es en la vestimenta que usan unos y otros trabajadores.
Podríamos hacer apuestas sobre si Jorge W. Bush llegará sano y salvo al final de su mandato o tendrán que anticipar las elecciones.
Yo escuché un economista que explicó porqué pasa eso con el dólar pero no entendí bien y no me acuerdo. El hombre, eso sí, parecía muy seguro.
No entiendo por qué soy capaz de tolerar la incertidumbre con respecto a mi propia muerte y no soporto la incertidumbre respecto a la suba del dólar.
Inventar explicaciones para lo que no sabemos, no será científico, pero da muy buen resultado a la hora de calmar los ánimos.
La mayor parte del tiempo no me tengo confianza ni a mi mismo, así que calcule...
Desde que me asaltaron en la calle, mi actitud es completamente distinta. No logro evitar darme vuelta a cada rato para ver quien viene detrás, nunca tomo las calles oscuras y cuando me cruzo con algún hombre que se parece al que me rapiñó, se me salta el corazón.
Me casé con una mujer muy dulce. A veces, cuando me desvelaba, disfrutaba mirándola dormir, observándola respirar pausadamente.
Pero un día cambió todo. Fue cuando sufrí mi primera crisis de confianza. No puedo olvidar aquel martes. Desperté de madrugada y la vi de pie, al lado de la cama, mirándome fijo, con una cuchilla en la mano.
El agente aflojó su corbata y entró en la sala sosteniendo el maletín con dos dedos, mientras tosía aparatosamente. El planeta se derrumbaba como arena seca, cuando tuvo su primer crisis de pánico.
Cuando la gente se casa, tiran granos de arroz para que se acerquen confiados los pajaritos. Los plumíferos le contagian a la pareja esa confianza y optimismo que cualquiera sentiría si el alimento cayera del cielo.
Si los fenómenos que ocurren en la economía mundial dependen en alto grado de la subjetividad, entonces los psicólogos tendrán que hacerse un espacio al lado de los economistas.
Actualmente USA no significa Estados Unidos de América. Dada la situación que estamos viviendo, por un tiempo la sigla adquirirá otro significado: Únicamente Somos Anormales.
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